Más de 480 personas damnificadas, aproximadamente 365 casas siniestradas y 13 mil hectáreas dañadas, dejaron los siniestros en Tijuana, Ensenada, Tecate y Rosarito, esparcidos en cerros, laderas y zonas urbanas la madrugada del 25 de octubre en Baja California.
En Ensenada las llamas se llevaron ranchos, viñedos e incluso cabezas de ganado. La población que lo ha perdido todo se encuentra en el desamparo oficial, sobreviviendo con comida, ropa y carpas producto de la donación, pero sin una respuesta de los gobiernos para otorgarles recurso para la reconstrucción de sus hogares.
Los censos que se realizan, con parámetros distintos en cada municipio, catalogan a propietarios de casas destruidas para otorgar apoyos y a personas que rentaban las dejan fuera, cuando también lo perdieron todo. A cinco días de iniciados los incendios, los damnificados no saben si les apoyarán con recursos para la reconstrucción ni la cifra. Ni municipios ni Estado contaban con protocolos a seguir para la reconstrucción. En sus pobres condiciones de equipo y herramientas, Bomberos sofocaron los fuegos e impidieron que el número de afectados aumentara
En la edición 2379 de ZETA que circula a partir de este viernes 1 de noviembre, como resultado de los trabajo de los reporteros Lourdes Loza, Ángela Torres, Lorena Lamas y Uriel Saucedo usted se acercará a las historias de las familias que lo perdieron todo, residentes de Baja California que necesitan del apoyo del gobierno y de la sociedad para reconstruir sus vidas desde cero.