Todavía el Pacífico Mexicano se encuentra en el periodo crítico de formación de ciclones tropicales, y ese es el temor de las familias que habitan en la colonia Valle Dorado del municipio de La Paz, las cuales han quedado en el olvido de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Es por ello que los vecinos de la colonia Valle Dorado están en el abandono; la colonia se ubica al fondo del bulevar Santa Rosa y están bajo el lodo, gracias a una barrera que alguien construyó (y que nadie quiere hacer algo para eliminar el riesgo).
Comentaron que el arroyo -ubicado a unos metros de la colonia- ha ido perdiendo su cauce, lo que pone en riesgo a los habitantes de la zona y colonias aledañas. Denuncian que con el flujo de agua el arroyo ha subido su nivel de tierra, quedando por encima del nivel de la colonia; aunado a esto, la construcción de un muro en un rancho empeoró la situación.
“Pues más que nada es que el arroyo no tiene un cauce, está como represa pasando bulevar Santa Rosa y esto nos afecta muchísimo porque, si se dan cuenta, el arroyo está trayendo cada vez más arena y tierra y esto hace que haya alzado el nivel del arroyo. Nosotros hemos quedado por debajo del nivel; en la colonia las calles están por debajo”, denunció Diana Rodríguez, quien es la presidenta de la colonia.
Los habitantes denunciaron que cuando el arroyo corre, la colonia se inunda y sufren daños materiales. La persona que les vendió los terrenos se deslindó de responsabilidades, inclusive hay otras colonias en los alrededores -como Brisas de las Olas- que también quedan bajo el agua. Actualmente hay lodo en las avenidas, difícilmente los vecinos pueden entrar o salir del lugar.
“El municipio nos pone topes, el Gobierno del Estado afirma que no somos una colonia regular, pero nosotros no venimos a invadir; nosotros le compramos a un dueño, tenemos clave catastral, cada lote tiene clave catastral, entonces yo creo que aquí otra vez es responsable la autoridad; nosotros hicimos nuestra parte: me vendes, te compro con una clave catastral. Pensamos que al tener clave catastral, ya está entregado al Municipio; gran error, no es así. Entonces te digo, aparte de todo esto, nosotros tenemos muchos problemas; pero ahorita lo urgente sería que vinieran a desazolvar el arroyo”, justamente la denuncia de cada temporada, afirma Diana Rodríguez.
Los accesos a la colonia se encuentran enlodados y difíciles de transitar; algunas casas están edificadas con material sólido, mientras otras son hechas con láminas y cartón; todos los caminos son de terracería y la atención es nula de todos los actores políticos; solo van a donde es más notoria la foto, pero las poblaciones que siguen en riesgo se mantienen en el olvido.
“Si se pueden dar cuenta del camino, está intransitable; nos ha costado mucho trabajo y esfuerzo, y tapizar municipio, tapizar Tránsito Municipal, tapizar en donde quiera de papeles (que también se me hace una cosa horrible, de querer desplastificar), pero si puedes tráeme un papel escrito por esto, ahora otro papel, otro papel, otro papel, si ya saben las autoridades municipales, estatales y federales… Ya no entiendo por qué quieren tantos escritos; es nada más como para darle a uno la vuelta, para que se canse y para que ya no vengan como todo el tiempo”, lamentó la vecina.
Ramón Romero, vecino de la colonia, comentó que se ha visto en la necesidad de contratar por su propia cuenta máquinas para que pueda fluir el agua y no dañe su hogar. Si la autoridad no los voltea a ver, por lo menos ellos buscan una manera de salvar sus viviendas.
“Siempre hemos tenido ese problema, nada más la cuestión de que no limpian, desazolvan los arroyos; antes estaban bien y ahora se han azolvado y nadie da ni hace trabajo. Ahí está, como yo ocupo una máquina particular -que me cuesta alrededor de dos mil, dos mil 400 pesos- que me cobró para desembocar el agua; ahí está el trabajo, y en este también. Antes había unos muros altos, ahora ya no hay nada, todo eso se llena de arena y ya sé tapó. Cuando llueve, ahí se mira su pobre casa, como le he puesto las láminas y sacos de arena para que no entre el agua a mi hogar”, dijo Don Ramón.
Ante el paso del huracán “Lorena”, los colonos temían por sus vidas y decidieron acudir a los refugios temporales, que se instalaron por su propio pie.