El gobierno del presidente de Ecuador, Lenín Boltaire Moreno Garcés, y líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) alcanzaron ayer domingo un acuerdo para poner fin a las protestas que estallaron hace 12 días, tras la decisión del mandatario de derogar el decreto 883, que eliminaba subsidios a los combustibles, lo que encareció los precios del diésel y la gasolina hasta en 123 por ciento.
El decreto de los combustibles se mantuvo en vigencia a partir del primero de octubre, pero la presión y las manifestaciones callejeras diarias en todo el país lograron echarlo abajo. Según el Gobierno ecuatoriano, la eliminación de los subsidios, también llamado “paquetazo”, buscaba estabilizar las finanzas fiscales y reducir sustancialmente un abultado déficit.
“Con este acuerdo se terminan las movilizaciones en todo Ecuador y nos comprometemos de manera conjunta a restablecer la paz en el país”, indica el acuerdo leído por Arnaud Peral, representante en Ecuador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien medió en la crisis junto con la Iglesia episcopal.
También se dispuso instalar una comisión conformada por representantes de ambas partes y otros sectores sociales, para elaborar un nuevo decreto que permita equilibrar la economía. El anuncio se dio tras una negociación directa en Quito, entre el presidente Moreno Garcés y Jaime Vargas, líder de la Conaie, mismo que duró unas cuatro horas.
“Se levanta la medida de hecho en cada uno de nuestros territorios”, confirmó Vargas tras los encuentros, líder indígena que lideró las protestas, y quien durante el diálogo había exigido al presidente Moreno Garcés, “como gesto de paz social al país”, su “inmediata separación” del cargo.
También pidió la destitución “inmediata” de los ministros del Interior, María Paula Romo, y de Defensa, Oswaldo Jarrín, por la “violencia desmedida y el terrorismo de Estado” en las marchas. Sin embargo, Moreno Garcés no respondió a las peticiones durante la negociación..
“Una solución para la paz y para el país: el gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan. ¡Se recobra la paz y se detienen el golpe correísta y la impunidad!”, tuiteó el mandatario ecuatoriano tras el anuncio.
El ministro de Finanzas, Richard Martínez, argumentó en la mesa de diálogo que los subsidios “terminan beneficiando a los contrabandistas y a los más ricos”, e indicó que la decisión “busca rencauzar al país. No podemos seguir haciendo las cosas a punta de deuda”.
El detonante de las protestas, que comenzaron el pasado día 3 de octubre, fue un acuerdo de Moreno Garcés con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a préstamos por 4 mil 209 millones de dólares, a cambio del despido de miles de trabajadores y la eliminación de subsidios a los combustibles, vigentes desde hace 40 años.
Dicho acuerdo provocó aumentos hasta de 123 por ciento de las gasolinas. Asimismo, tras la aplicación de la medida, el Gobierno de Ecuador autorizó un incremento de 10 centavos de dólar en el pasaje del transporte público, suspendió el traslado de petróleo por el principal de sus dos oleoductos, y aseguró que la ocupación de varios pozos petroleros en la Amazonia han tenido pérdidas por 12.8 millones de dólares, lo que representa 31 por ciento de su producción.
Moreno Garcés, quien trasladó la sede de Gobierno a la ciudad de Guayaquil, respondió a los disturbios decretando el estado de excepción y toques de queda de las ocho de la noche a las cinco de la mañana, que se aplicaba en los alrededores de instalaciones gubernamentales.
Desde que empezaron las protestas, al menos siete personas murieron, mil 340 resultaron heridas y mil 152 fueron detenidas, según el reporte más reciente de la Defensoría del Pueblo. Todavía ayer domingo, miles de manifestantes salieron a las calles de Quito, en desafío al toque de queda y la militarización impuestos el sábado por Moreno Garcés, en el día 11 de paro contra el llamado “paquetazo”.
El Ejército levantó de forma parcial las medidas de emergencia en la ciudad, pero resaltó que seguirían vigentes en la zona norte de Quito, cerca de los puntos de conflicto. Sin embargo, tras el anuncio del Gobierno y la Conaie, dicha medida quedó inhabilitada.
Moreno Garcés acusó, además, al “sátrapa” de Nicolás Maduro Moros, y a su antecesor, el ex presidente Rafael Vicente Correa Delgado, de estar detrás de un “intento de golpe de Estado”, al haber activado su “plan de desestabilización”.
António Guterres, secretario general de la ONU, celebró el diálogo entre el Gobierno ecuatoriano y los líderes del movimiento indígena. Por su parte, el papa Francisco hizo un llamado a la paz: “Comparto el dolor por los muertos, heridos y desaparecidos. Aliento los esfuerzos por la paz social”, dijo.
-Con información de AFP, Reuters, AP y Europa Press.