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martes, octubre 1, 2024
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Le recomiendan trabajar

Ni con el árbitro, la porra o prácticamente todo el equipo contrario a su favor, José Ricardo Padilla Ibarra logró una buena evaluación en su examen de aspirante a la patente de notario, celebrada el viernes 30 de agosto en la Sala Procuradores de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). El hijo de la magistrada Perla del Socorro Ibarra acudió acompañado de su familia y amigos, quienes le apoyaron en su examen oral. El respaldo de la también ex fiscal hacia su retoño no fue presencial, salvo por una fotografía que aparece en una de las paredes del inmueble, junto con los otros procuradores de Baja California. La evaluación final del junior fue de 8.18, que sería más buena que mala, de no ser por el contexto en que se desarrolló, pues por lo menos tres de los cinco sinodales eran allegados a su madre: el secretario del Trabajo, Francisco Iribe Paniagua; el director de Inspección de la Secretaría del Trabajo, David Reynoso González -con quienes compartió gabinete-; y su compañera y amiga, la magistrada María Esther Rentería Ibarra. En específico estos tres servidores públicos -sobre todo la última- se desvivieron en halagos para el junior del Tribunal, a quien le aventaron “voladitas” para que respondiera airoso y seguro. “Felicidades por el valor, se nota que estudió, en realidad tanto el trabajo en cualquier disciplina jurídica, nunca dejamos de estudiar, de aprender, demuestra tener las bases del trabajo tan minucioso, técnico preciso y de autenticidad”, fue el mensaje de Rentería Ibarra antes de concluir la evaluación. La realidad es que todas sus preguntas parecieron sacadas de un examen de una materia en la Facultad de Derecho de alguna universidad dudosa, por ejemplo, “¿Para qué sirve la Ley de Lavado de Dinero?, o “¿Qué es una donación?”. Curiosamente, la única evaluadora que pareció tomar seriedad en el asunto fue la notaria de Tijuana, María Esther López Estrada, a quien el junior no le pudo contestar una sola respuesta correctamente. López Estrada destrozó su examen escrito e hizo al aspirante reconocer sus errores y su falta de conocimiento sobre los temas. Luego de exhibirlo en reiteradas ocasiones y al término de la evaluación, le recomendó seguir preparándose y entrar a trabajar en una notaría para que así aprenda lo que hacen los notarios. Al final, Padilla Ibarra sacó una calificación final de 8.18, promediada entre su examen escrito y el oral, por lo que ahora podría ocupar una vacante de notario en la primera oportunidad. Tal parece que los apoyos de su madre le van a alcanzar para el resto de su vida.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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