Conzultoría Matrimonial y Familiar
Pensé que ya no iba a volver a escribir sobre violencia a la mujer y que todo ya estaba dicho, pero me equivoqué. Porque me doy cuenta que día a día se conoce y se sabe más sobre la violencia que se está ejerciendo sobre las mujeres, y considero también que la autoridad tiene mucha culpa en ello al no atender como tal a las denuncias que se le presentan; aparte de que, aun con la información y denuncias presentadas, la misma no quiere declarar las alertas de feminicidio ni la violencia de género, principalmente porque un gobierno se vería señalado como un mal gobierno que no sabe hacer bien su trabajo.
El domingo vi una película donde se pierde una muchacha; no saben si huyó -que es lo primero que dicen las autoridades (Ministerios Públicos)- con el novio, si fue raptada, se perdió, se suicidó, etc., pero lo que me llamó la atención es que inmediatamente para la investigación del caso se le nombró de un detective. Es decir, la investigación empezó de inmediato y por un detective, y ese es el protocolo en el Estado de California. Aquí, qué esperanzas ni investigación; y si la hay, no sé cuánto tiempo para iniciarla. Lamentablemente así es en nuestro México querido.
Creo que a las mujeres violentadas (en alguna forma) las pueden distinguir que estén propensas a ello el novio, pareja, marido, amigo, y si es proclive a ello, violentarlas sin mayor problema; por eso lo hacen y abusan, y esa mujer no hará mucho a su favor para evitarlo o para detener las agresiones (mucho menos para denunciar). Esto puede empezar, en ocasiones, en el noviazgo -con las escenas de celos, empujones, maltratos, gritos, etcétera-, y si la novia no cae en que eso es el inicio de agresiones posteriores, cada día más graves serán en esa relación. Peor si se llegan a casar.
El hombre, para desestabilizar a la mujer, hace que se sienta culpable. Ya como víctima, ella es una persona que tiene una tendencia natural a culpabilizarse, mientras ellos se ganan su amor siendo generosos y siempre estando a su disposición. El violento se aprovecha de esto. Las víctimas parecen ingenuas. Cuando una persona transparente (víctima/mujer) se abre con alguien desconfiado (agresor/hombre), es muy probable que él tome el poder: ella mostrará una capacidad de perdonar y una falta de rencor que coloca al agresor en una posición de poder.
Los hombres violentos son aquellos que, bajo la influencia de su ego y su machismo, intentan crear un vínculo con su novia y/o pareja atacando su identidad con el fin de desarmarla; intentan, de alguna manera, hacer creer que la relación de dependencia con ellos es irremplazable. Conforme pasa el tiempo y se va consolidando la relación, es cuando empiezan a mostrarse como son; pero inmediatamente pasado el momento de agresión, muestran un arrepentimiento que convence. Y lo perdonan, haciendo sentir a las mujeres -en algunas ocasiones- que son las responsables de sus conductas.
En el noviazgo es precisamente donde estos hombres se van dando a conocer. Desde el momento en que una mujer se dé cuenta de esas conductas agresivas, aun cuando en algo “tuviera la culpa”, se debe da dar por terminada una relación así. No vale la pena mantenerla y pensar que con el tiempo ellos cambiarán -o en el mejor de los casos, que ellas los harán cambiar-. Eso nunca de los nunca; mejor terminar lo más pronto posible, antes que los lazos de amor se vuelvan irrompibles y las agresiones sean fatales.
Los hombres que agreden a las mujeres tienen una ausencia total de interés y de empatía por ellas, pero buscan hacerse los interesantes. Critican a todos los que giran alrededor de ellas, inclusive a la propia familia, y no admiten ningún reproche de sus señalamientos. Son muy hábiles para detectar los puntos débiles de las mujeres (en los que pueden sentir dolor o en los que se les puede herir).
Como siempre agradezco a mis dos que tres lectores por sus comentarios y consultas al correo: bautista46@hotmail.com
El Licenciado Roberto Bautista reside en Tijuana, B.C.
