Los recién nacidos expuestos al virus del VIH/Sida -por nacer de una mujer que padece esta enfermedad- son vulnerados por las propias autoridades, que no cumplen constantemente con el medicamento que necesitan para no desarrollar la enfermedad; en Baja California, al menos 100 se encuentran en esta situación.
Los menores, con residencia en los municipios de Tijuana, Tecate, Playas de Rosarito, e incluso de Ensenada, fueron captados por la asociación Es por los Niños, fundada y dirigida desde hace dos décadas por la activista Rosalva Martha Sandoval.
Esta semana, la asociación hizo de conocimiento público la falta de estos medicamentos, que los menores deben tomar en su primer mes de vida para reforzar su sistema y no desarrollar el virus. Por su parte, la Secretaría de Salud, a través del Programa Estatal de VIH/Sida e Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS), informó a la comunidad que existía abasto de medicamentos; a Es por los Niños les aseguró que, antes de concluir la semana, los recién nacidos tendrían su tratamiento, proporcionado por el Estado.
“No les ponen atención a los bebés expuestos porque, al ser diagnósticos negativos de la enfermedad, los relegan. Primero abastecen el tratamiento para los adultos con diagnóstico positivo; después adolescentes y niños; al último, los bebés expuestos”, comentó a ZETA la activista.
El medicamento que requieren los bebés tiene un costo de 50 dólares en Estados Unidos; es una solución líquida administrada oralmente, y se requiere una botella diaria -por un mes- para garantizar la salud del menor. Al tipo de cambio actual, cada botella cuesta más de 900 pesos; el tratamiento total podría costar unos 27 mil pesos, recurso que la mayoría de las familias no tienen.
Es por los Niños se ha encargado de solventar la necesidad de cada niño que llega a la asociación. Cuentan con un fondo de donaciones que sirve para poder comprar el medicamento en Estados Unidos y proveerlo al Hospital General de Tijuana (trabajo que le corresponde al Gobierno del Estado); de lo contrario, los menores se encontrarían en riesgo.
“Es un secreto a voces; cuando el sector salud no tiene los medicamentos, las asociaciones civiles salen a buscarlo. En este tipo de situaciones, nosotros nos damos a la tarea de tapar esos ‘hoyos’ del gobierno, para evitar que estos bebés estén en riesgo”, comentó.
Aseguró que antes de denunciar públicamente el desabasto, la misma autoridad les respondió que tenían dificultades para conseguir el tratamiento y que era algo que no solo afectaba a Baja California, sino a toda la República, por lo que desconocían cuándo se va a regularizar.