En la incertidumbre se encuentran los ocho integrantes de la Unidad Municipal de Apoyo Social (UMAS), que en recientes días han destacado por su labor en la atención de casos de intentos de suicidios en la ciudad.
Ricardo Arzate, uno de los tres paramédicos que conforman UMAS, que pertenece a la dirección de Desarrollo Social, informó a ZETA que el fin de semana pasado les pidieron que entregaran su renuncia formal, pues los ocho integrantes (el Coordinador, tres paramédicos, tres psicólogos y un apoyo administrativo) son empleados de confianza.
Sin embargo, la mayoría de ellos están en la unidad desde que se formalizó su funcionamiento en diciembre de 2014, en la administración de Jorge Astiazarán (2013-2016) y fueron recontratados en el primer mes de funciones de Juan Manuel Gastélum Buenrostro.
Arzate aseguró que hasta el momento ningún funcionario de la próxima administración municipal, de Arturo González Cruz, ha tenido un acercamiento con el equipo para hablarles sobre el futuro de UMAS, solo saben que el próximo lunes 30 de septiembre deben entregar su equipo de trabajo.
UMAS brinda en promedio cerca de 1 mil servicios cada año, a través de los tres psicólogos y los tres paramédicos que la conforman, acuden a los llamados por intentos de suicidio, a los incendios donde familias perdieron su patrimonio, a las denuncias de violencia doméstica, incluso a hechos violentos donde se encuentren familiares de alguna de las víctimas, para darles acompañamiento y orientación psicológica.
En el caso de los suicidios, este año han logrado salvar la vida de casi 70 personas, de los más de 90 servicios que les han canalizado. El más reciente fue el de un hombre que subió a un puente peatonal de la Tercera Etapa del Río Tijuana y amenazó con lanzarse al vacío para quitarse la vida. Luego de tres horas de labor conjunta entre UMAS y Bomberos, el hombre aceptó la ayuda y fue trasladado al Hospital de Salud Mental, donde continua recibiendo tratamiento.