Hace unos meses, en este Semanario, publicamos algunos de los gastos faraónicos que tenían los diputados de la XXII Legislatura. En ocho meses erogaron 37 millones de pesos en diversos que van desde gasolina, asesores con empresas “fantasma”, comidas costosas y hasta moteles que cargaban a cuenta del erario, argumentando que representaban trabajos inherentes de su comisión.
Con esto se confirmaron las sospechas históricas de despilfarros al interior de la “Casa del Pueblo”. Sin embargo, poco parece importarle al diputado morenista Víctor Hugo Navarro, quien declaró a CACHANILLAZ que analizan la posibilidad de incrementar su partida mensual para gasto de comisión, pretextando que no les alcanzaría.
El monto -además de su sueldo- es de más de 100 mil pesos mensuales, los cuales nunca han sido fiscalizables, por lo que ingresan los gastos de manera discrecional. A esto se le agregan otras partidas de apoyo social, por ejemplo.
“El Loco” Navarro, como es conocido en el ambiente político, aseguró que analizarían la posibilidad de incrementar ese recurso por diputado un 25 por ciento, lo que llama la atención, tomando en cuenta que el mensaje de su líder supremo, Andrés Manuel López Obrador, es el de la austeridad. Tal parece que más de 125 mil pesos no les alcanza para esas comisiones tan altas.
Hablando de repartos, el diputado Miguel Ángel Bujanda instaló la Comisión de Turismo, el martes 20 de agosto, la cual no es dictaminadora y muy probablemente no volverá a sesionar, debido a la irrelevancia política con la que cuenta.
Entre los mismos panistas bromean que le otorgaron dicha comisión porque durante su trabajo como particular del Gobernador Francisco Vega de Lamadrid, se la pasaba viajando y llevando la buena vida. Entre Navarro y Bujanda hay buena amistad, pues saliendo del reparto de comisiones, se fueron a comer a un restaurante de precios ostentosos, ubicado en la Zona Hotelera de Mexicali.
La sombra de Jaime Díaz
En tres años, Gustavo Sánchez no pudo quitarse la sombra de Jaime Rafael Díaz Ochoa, a quien le regaló impunidad, pues no tocó ninguna de las irregularidades cometidas por el exalcalde, pese a ser evidentes.
Desde comprar motores de vehículos a precios inflados, basificar con un sueldo de 42 mil pesos a su hoy esposa Sonia Carrillo -una cifra superior a cualquier otro empleado-, hasta otorgar placas de taxi a personas allegadas, entre otros cuestionables incidentes que pasaron en su turbulenta administración.
Pese a declararse distanciado de Díaz Ochoa, Sánchez Vásquez volvió a realizar una “movida” que lo acerca nuevamente al polémico exedil: el nombramiento de Alejandro Monreal Noriega.
El actual director de la Policía Municipal de Mexicali -quien sustituyó este lunes a Alonso Ulises Méndez- fue el máximo jefe policíaco durante la mayor parte de la administración de Díaz Ochoa.
Si bien, Monreal Noriega es un agente de 24 años de servicio, con experiencia probada y que ha ostentado cargos importantes por encima de partidos políticos -y lo ha hecho bien-, la realidad es que ésta se une a la lista de “coincidencias” que acercan a Díaz con Sánchez, entre las que destacan la millonaria asesoría del “despacho de cristal” que benefició al actual Presidente Municipal; el traslado de empleados pilares de Jaime Díaz en la Oficialía Mayor, a la Sindicatura de Sánchez, y hasta la asesoría de Blanca Irene Villaseñor Pimienta, Síndico Procurador, a la gestión de Díaz Ochoa.
La simulación de Sánchez en el combate a la corrupción es muy clara tanto como su protección y respaldo a la gestión de su antecesor.