Columna invitada
Así les dijo Andrés López Obrador, en su conferencia de este pasado miércoles 7, a los ex secretarios de Salud, que este pasado 6 de agosto dieron a conocer una carta dirigida a nuestro Presidente, a propósito del Seguro Popular. Reconociendo que hay muchos elementos que pueden mejorarse, en donde “subrayan el carácter transexenal del proyecto, su eficacia en atender a población no cubierta por las instituciones anteriormente existentes y su impacto positivo en los sectores más desfavorecidos de la sociedad”, al tiempo que piden un amplio debate entre especialistas, usuarios y protagonistas antes de una decisión irreflexiva e inalterable.
La carta fue divulgada este martes por Salomón Chertorivski, secretario de Salud entre 2011 y 2012, durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), siendo firmada además por Guillermo Soberón Acevedo, secretario de Salud durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988); Julio Frenk Mora, titular de la Secretaría durante la presidencia de Vicente Fox Quesada (2000-2006); José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud entre 2006 y 2011; así como por Mercedes Juan López y José Narro Robles, titulares de Salud en el periodo de Enrique Peña Nieto, entre 2012 y 2018.
Los ex secretarios de Salud exigieron una mesa de diálogo (que ya se están llevando a cabo), a fin de “mejorar la propuesta de reforma y evitar errores que resulten en una regresión y en el deterioro de la salud de nuestra población” y destacaron que el Seguro Popular “es una pieza que se colocó sobre el edificio construido por las generaciones anteriores de médicos, enfermeras y trabajadores de la salud”; asimismo cuestionaron que se busque regularizar a 80 mil médicos mediante la destrucción de la “base que soporta y financia la atención a las enfermedades catastróficas que se presentan en la población no derechohabiente de la seguridad social”.
24 horas después de la publicación de dicha carta, nuestro Presidente, que en reiteradas ocasiones ha criticado al Seguro Popular, pues considera que no ha atendido las problemáticas de salud de la población mexicana, les respondió: “¿Quién es el que se atreve a defender el llamado Seguro Popular? La única explicación es que no tienen información suficiente, porque no salen de las oficinas. Los investigadores, los académicos no van al campo, no conocen la realidad y no se puede transformar una realidad que no se conoce. Entonces, se opina de todo, son todólogos, sabelotodo, pero están en las nubes, levitan, no tienen los pies sobre la tierra”.
Don Andrés Manuel explicó que el Seguro Popular va a desaparecer. Sin embargo, garantizó que “todos van a seguir siendo atendidos y tendrán ningún problema. Tendremos muy pronto un sistema de salud de primera; se va a garantizar la atención médica y los medicamentos gratuitos a toda la población, no solo el llamado cuadro básico”, expuso.
Por su lado, el mismo día, el doctor Juan Ramón de la Fuente, representante permanente de México ante las Naciones Unidas, dirigió una carta al periódico Reforma en que dice que él no firmó la carta, entre otras, porque siempre se opuso a la forma como se instrumentó el Seguro Popular. “Dinamitó la descentralización. Lo hice público, de cara todos y cada uno de ellos, en diversos foros académicos. No tengo por qué avalar algo en lo que nunca creí. La corrupción que propició el Seguro Popular, por su errática ejecución, es inadmisible. Lo saben ellos mismos, la comunidad médica y la opinión pública”.
Al participar en la segunda mesa de trabajo de las audiencias públicas sobre la creación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, realizada en la Cámara de Diputados; Juan Ferrer, quien estará a cargo del Instituto de Salud para el Bienestar, calificó al Seguro Popular como un programa que fracasó y no garantizó el derecho a la salud de los mexicanos: “el modelo de bienestar de la Cuarta Transformación va a superar las deficiencias, vamos a rescatar centros de salud, hospitales regionales para que respondan a la necesidad de la gente. Vamos a hacer un modelo integral centrado en la persona, en la familia. Universal quiere decir que se va a acabar con enfermedades no cubiertas y tratamientos no reconocidos en el Seguro Popular”.
Sirva o no sirva el Seguro Popular, lo que sí es cierto, es que antes del Seguro Popular, siete de cada 10 niños con cáncer morían; con este sistema, siete de cada 10 niños con cáncer sobreviven. Sin el Seguro Popular, 30% de los niños con leucemia abandonaban el tratamiento; con el Seguro, solo el 3%, lo abandonan. Antes del Seguro Popular, 30% de las mujeres con cáncer de mama dejaban el tratamiento; con Seguro Popular, solo el 1 % de las mujeres lo desisten (cifras dadas a conocer por el exsecretario de Salud, Julio Frenk). Los datos de Coneval recién publicados, nos dicen mucho sobre los efectos del Seguro Popular. Según la Institución, en 2008, la “población con carencia por acceso a los servicios de salud” alcanzó 38.4 millones. El total disminuyó sistemáticamente hasta 2016, cuando llegó a su mínimo histórico de 15.5 millones, volviendo a repuntar ligeramente en 2018, con 16.2 millones.
Pareciera que lo ideal para nuestro país sería un Sistema de Salud Universal Único, que es la suma de programas e instituciones financiado por la Secretaría de Hacienda, desvinculado del empleo y del ingreso (o falta de) por el otro. Esto, considero, debiera hacer este gobierno. La creación de un sistema universal de salud que garantice a los mexicanos, acceso a los servicios médicos en la unidad de salud más cercana, sin importar de cuál se trate, bajo el cobijo de un único número de usuario y expediente universal. Pero tal parece que este añejo programa, quedará este sexenio como una utopía.
Dr. Álvaro de Lachica y Bonilla
Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, A.C.
Correo: andale941@gmail.com