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martes, octubre 1, 2024
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Raúl Rincón: excepcional y recóndito

En una nota reciente publicada en el diario El Universal bajo un encabezado socarrón, “Póngale el nombre de su cuate difunto a un premio nacional”, se critica “la velocidad con la que la Secretaría de Cultura federal y el Centro Cultural Tijuana crearon y lanzaron el Premio de Poesía Joven Raúl Rincón Meza, cuando no habían pasado ni cuatro meses de la muerte de este poeta muy desconocido”. El reproche merece, a mi entender, un par de comentarios.

En México, país patológicamente centralista, un poeta formado al margen de la escena metropolitana, donde las actividades culturales obtienen mayor difusión y se gestionan las relaciones que hacen posible algún grado de visibilidad, simplemente no existe para quienes se encargan de fijar el canon de la “literatura nacional”.

No extraña entonces, aunque sí es lamentable, que el redactor de la nota referida considere injustificada, además de sospechosa, la decisión de bautizar el nuevo premio con el nombre de un poeta tijuanense cuyos libros se publicaron en ediciones locales. No argumenta que la obra de Raúl Jesús Rincón carezca de calidad; alega, en cambio, que el también traductor, maestro, periodista y experto en música de rock es, peccata summa, “una gloria estatal” y al mismo tiempo (¿o por lo tanto?) “un poeta muy desconocido”. Para el periodista, pues, los bajacalifornianos han glorificado a un escritor que más allá de su periférico entorno tiene escaso valor. Cabe preguntarse si el culturoso informador le habría endilgado el título de “gloria capitalina” a un poeta muy aplaudido en la Ciudad de México (de manera específica en la Roma o Coyoacán), pero muy desconocido en el resto del país.

Desde mi perspectiva, el reportero debió acercarse a la breve y sustanciosa obra de Raúl Jesús Rincón, o al menos consultar a quienes sí la conocen, antes de lanzarse al ninguneo y la denuncia. Rincón, por cierto, nunca persiguió la fama: fiel a la poesía y refractario a la búsqueda del aplauso, no echó mano de los tópicos fronterizos ni recurrió, como algunos de sus coterráneos, al conveniente y paradójico disfraz de la identidad. Ejerció su oficio sin otro ministerio que la necesidad, el más genuino que un creador puede asumir.

No conviene, sin embargo, hacerse de la vista gorda ante la falta de oficio exhibida por los directivos del Cecut, quienes al apurarse a bautizar el multicitado premio con el nombre de un poeta recién fallecido abrieron las puertas a la suspicacia y, peor aún, prescindieron del tiempo requerido para promover la producción de un escritor excepcional y recóndito. Las buenas intenciones no alcanzan para consolidar una iniciativa cultural: es indispensable diseñar y llevar a cabo las acciones puntuales que le otorguen sustento.

Cabe esperar que, a la voz de ya, las autoridades responsables de darle credibilidad y continuidad al galardón se encarguen de difundir la obra de Raúl Jesús Rincón, así como de poner al alcance de los lectores los esfuerzos críticos que sin duda habrá de suscitar. Un adecuado recuento biobibliográfico de lo realizado por este poeta raro, escrupuloso, fiel a la concentración y la brevedad, puede activar la conciencia de que la buena poesía está por encima de ciertas tipificaciones: central o periférica, estatal o nacional, municipal o ecuménica.

 

Eduardo Hurtado Montalvo

Escritor

Tijuana, B.C.

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Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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