Los ricos de todo el mundo se asociaron en la guerra y por más de un siglo pelearon por dividirse la tierra; ya en el camino, se unieron para vencer al más fuerte, para quedarse con todo este enorme continente. Y así terminó la guerra, en que estuvieran como uno solo para implantar en el mundo la larva del comunismo; Europa sería de Rusia y parte del continente; a América Latina la gobernaría el vecino país.
Han acontecido mil cosas en la nación y durante más de tres cuartos de siglo nos impusieron al PRI (quienes, para prevenir el fracaso ante Morena, envenenaron al Partido Acción Nacional); por eso, es deseable que este cambio en el gobierno se mantenga como está, sin pensar en reelecciones. Eso no es la democracia, eso es cosa de rivales. Mejor luchemos unidos para no perder el camino.
Vicente Martínez M.
Tijuana, B.C.