Arrancando el año, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador inició el famoso “censo” en todo el país para poder comenzar a repartir los cientos de millones de pesos en ayudas sociales que prometió en campaña presidencial. Una de ellas es la Beca Benito Juárez, destinada a jóvenes estudiantes de educación media superior. En Baja California, el proceso electoral que renovó al gobernador, alcaldes y diputados, no detuvo en ningún momento la promesa y la entrega de los 800 pesos para cada estudiante inscrito. Incluso personal del gobierno de Morena se quejó de los directivos de escuelas bajo el control del Gobierno del Estado -de extracción panista- por no facilitarles la posibilidad de inscribir a los beneficiarios. La campaña del censo fue tan intensa como la electoral. En el caso de las becas para estudiantes de preparatoria, la primera entrega fue en abril, en el arranque de los días proselitistas, la segunda fue en junio. Pero a la fecha cientos o miles de jóvenes en el Estado ni han recibido su apoyo ni una explicación. En las oficinas de la Secretaría de Bienestar Social (antes Desarrollo Social) nadie tiene una razón para los jóvenes engañados. Tan solo en la Preparatoria Federal “Lázaro Cárdenas” existen 400 alumnos a la deriva. La justificación es lisa y llana: “No hay recurso”. Y la burda respuesta que reciben los estudiantes por parte del Gobierno Federal -ya sin el proceso electoral en puerta- es que inicien su registro nuevamente, como si nunca lo hubieran hecho, para ver si en dos meses la prosperidad de la Cuarta Transformación ahora sí les llega.
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