Integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) señalaron que la economía del país muestra una desaceleración mayor a la anticipada, luego que en el primer trimestre de 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 0.2%, y en el segundo trimestre se observan signos de debilidad.
Ante factores internos y externos, las perspectivas de crecimiento “presentan nuevamente disminuciones para 2019 y 2020”, indicó la mayoría durante la sesión del 26 de junio, en la que el banco central decidió mantener sin cambios su política monetaria.
Según el documento, un funcionario “notó que para 2019 se anticipa una tasa de crecimiento en México menor a las observadas en los últimos diez años, y por debajo de las proyectadas para la mayoría de las economías emergentes”.
Otro más consideró que las perspectivas económicas para 2019 mantienen una elevada incertidumbre ante factores externos, como nuevas amenazas de imposición de aranceles por parte de la administración del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y dificultades para ratificar el T-MEC en los congresos de Estados Unidos y Canadá.
En cuanto a los riesgos internos, algunos mencionaron la posibilidad de reducciones adicionales en la calificación crediticia soberana y de Pemex.
Aunado a ello, el Bank of America Merrill Lync (BofA MLynch) expuso que “un segundo trimestre en contracción pondrá a México en una recesión técnica, lo que podría depreciar al peso y el mercado continuaría presionando por más recortes de tasas por parte del banco central”. Además, estimó que las agencias calificadoras podrían considerar el contexto para confirmar una nueva degradación de la calificación soberana de México.
Ambos documentos se dieron a conocer el jueves 11 de julio, a unas horas que el Financial Times recomendara al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador escuchar al nuevo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, así como aceptar noticias “desagradables” y no “confiar en sus datos”, a propósito de la renuncia de Carlos Urzúa al frente de esa dependencia el martes 9.
El mensaje de renuncia en Twitter del ahora ex secretario develó choques al interior del gabinete económico que fueron confirmados por López Obrador, quien ante el señalamiento de Urzúa de que “en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”, negó que se oculte algo y afirmó que el gobierno continúa su marcha “sin problemas”.
Urzúa remató: “Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”, motivado por “personajes influyentes de la actual gobierno con un patente conflicto de interés”, evocando las acusaciones hechas por el exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Germán Martínez, al dejar su cargo el 21 de mayo. A lo que el mandatario dijo que no existe algún conflicto de interés y no hay “ninguna prueba” para que ordene una investigación, como diputados de la oposición lo han pedido.
Además, el mandatario resaltó que pese a la reacción del mercado al conocerse la renuncia de Urzúa (que depreció el peso más de 25 centavos y tiró 1.77% la Bolsa Mexicana de Valores), “el peso está fortachón, aguanta, y se recuperó y se va a seguir recuperando”.
En su editorial, el rotativo británico destacó que el mercado estará a la expectativa de que el gobierno presente el plan de Petróleos Mexicanos y la elaboración del Presupuesto de Egresos 2020, el 8 de septiembre al Congreso de la Unión, pero si estos presentan “desviaciones de la realidad económica”, los inversionistas podrían alejarse más.
En respuesta, AMLO dijo que ese periódico debe ofrecer disculpas al pueblo de México, porque se quedó callado mientras se imponía la “corrupción” en el país.
