Los dos ciudadanos israelíes asesinados ayer miércoles durante un tiroteo en Plaza Artz Pedregal, ubicada en el sur de la Ciudad de México, eran conocidos delincuentes que incluso pasaron tiempo en prisión, uno de ellos por asesinato, según lo informaron diversos medios de aquel país.
Los hombres, identificados como Alon Azulay y Jony Ben, estaban vinculados con grupos criminales en México. El primero de ellos tenía un permiso de trabajo temporal en el país, el cual concluía en marzo del 2022.
Asimismo, el Canal 12 de Tel Aviv explicó que una de las víctimas estaría relacionado con el conocido criminal Erez Akrishevsky, deportado en fechas recientes a Israel, país del que huyó hace 18 años para esconderse en México.
Los medios israelíes, entre ellos el periódico The Jerusalem Post, añadieron que los hombres asesinados eran originarios de Ben Yatam y de Tel Aviv, y que sus familias ya fueron notificadas del caso.
Autoridades capitalinas informaron que una pareja disparó contra los dos israelíes alrededor de las 17:05 horas, cuando ambos se encontraban comiendo en el citado centro comercial.
La mujer, identificada como Esperanza ‘N’, presunta autora material del asesinato, fue detenida mientras intentaba escapar.
Esperanza ‘N’ confesó que se trató de un crimen pasional, ya que conoció a una de las víctimas a través de la red social Facebook, y cometió el asesinato por una supuesta infidelidad.
Por otra parte, la mujer aseguró que adquirió de forma ilegal el arma de fuego, una pistola semiautomática, en la alcaldía de Tláhuac, por la cantidad 7 mil pesos.
Al reseñar lo ocurrido, el rotativo antes citado, narró que las víctimas -a los que se refiere como “los infames criminales”- fueron asesinados en una cafetería. “Una pareja estaba sentada en la mesa adyacente. Después de que los hombres ordenaron sus bebidas, el hombre y la mujer se levantaron de su mesa, se acercaron a los israelíes y uno de ellos les disparó con una pistola”.
Según el Jerusalem Post, el supuesto “crimen pasional”, una de las líneas de investigación presentadas por las autoridades de la Ciudad de México, en realidad se trató de una traición al crimen organizado. “La mujer contó a los investigadores que disparó a los israelíes por ‘traición y deseo’, aparentemente un código criminal para el asesinato, debido a la traición contra el mundo criminal en México”.