Con el actual entorno de lo preelectoral y la nueva administración, cambio a otros aspectos que valorar.
Por el lado de nuestro concepto español de cultura euro-occidental, los primeros y claros ejemplos de civismo, ciudadanía y patriotismo, nos vienen desde hace unos 3 mil años por los griegos y, luego, los romanos.
Para el año 1000 a.C., junto de –o entorno a- los campos de pastoreo y tierras de cultivadores surgieron los establecimientos urbanos y puertos como “polis”, o sea, ciudades-estado autosuficientes (autarquías). En esas se dieron grupos de “poli-tes” (ciudadanos), con propiedades y todos los derechos, los metoikos hombres libres pero sin los mismos derechos (igual tampoco las mujeres), y los doulos (esclavos), sin derechos.
De ahí que en las polis los ciudadanos participaban en las decisiones y actividades para administrarlas, o sea, en su polí-tica, y tenían también el medio de vigilarlas con poli-cías. Y si empezaban a sobre poblarse sacaban pobladores de las metro-polis, o sea, las ciudades madre (del griego metro, o madre, y polis) para ir a crear colonias.
Hace miles de años las polis generalmente sólo tenían alrededor de 10 mil habitantes, para el 500 a.C., Atenas era la mayor con unos 100 mil, y aunque todos los griegos hablaban una lengua común, los ciudadanos se diferenciaban según sus polis. Con sus centros religiosos, gubernamentales y cívicos en torno a sus acrópolis (zócalos elevados). Grecia elevó las artes, teatro (comedia y tragedia), arquitectura y filosofía. Y creó la democracia.
Se denominaron seres anima-les polí-ticos a los hombres que, como ciudadanos, participaron cívicamente en sus polis.
Así pues, dieron origen (y nos heredaron) los conceptos de política, ciudadanía, participación y democracia.
Roma surgió en 753 a.C., como reino bajo Rómulo y Remo. Para el año 510 a.C., habían caído bajo el predominio de los etruscos y por el Rey abusivo, Tarquino el joven (o el soberbio), se sacudieron y lo echaron, fuera constituyéndose en modelo de república. Se integraron bajo los patricios (jefes nobles), y los tribunos (jefes de tribus o plebeyos). De ahí que nos vienen los términos de tribu-nales, tribu-tos y tribu-nos, etc.
Los romanos eran una sola ciudad metro-poli, a diferencia total de los griegos que eran multiplicidad de polis rivales, lo cual les permitió crecer unidos y sólidos. Sólo los rromanos eran ciudadanos, ya que los habitantes de otros pueblos, territorios, ciudades o colonias que iban ocupando, dominando o conquistando no les daban esos derechos. Eso evolucionó hasta que le dieran su lealtad a Roma, y los admitían a servir en sus legiones.
Los primeros romanos eran gente ruda, pero resultaron pragmáticos. Sus reyes iniciales promulgaron leyes muy específicas y severas, con lo cual les dieron disciplina y orden elevado. Y junto a su tecnología incorporaron las de otros pueblos (como los etruscos, griegos, egipcios, persas, etc.) convirtiéndose en la más elevada cultura.
En América si nos comparamos con el viejo mundo (sin querer desmerecernos) no teníamos caballos ni camellos, lo cual les hizo imposible a los mayas, incas o aztecas, desarrollar comunicaciones rápidas, igual no desarrollaron grandes navíos de velas, como los juncos chinos o las carabelas y tampoco pudieron recorrer los océanos. Y el invento esencial del viejo mundo fue la rueda, tampoco surgió en los pueblos del nuevo mundo.
Sólo los mayas tenían un nivel matemático tan elevado como el viejo mundo. Y contrario a la falsa historia oficialista, aunque te sorprenda amable lector, tanto aztecas, incas y mayas eran dictaduras despóticas y estaban desunidos. Que en lo demás teníamos 2 mil años de retraso. La llegada de los europeos de España nos incorporó a la cultura universal (hoy llamada globalización). Y nos trajeron el concepto de patriotismo.
Continuará… Amablemente.
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez
Tijuana, B.C.