Desde la primera cinta estrenada en 1995, en la que un vaquero llamado Woody entró en los corazones de los niños, siempre dejó en claro que su prioridad era cuidar de su dueño, Andy. La lealtad, apego, cariño y bondad de este logró cautivar a la audiencia en cada una de las cintas que llevan por nombre “Toy Story”.
Primero fue Andy, y, cuando este creció, Bonnie tuvo la dicha de ser parte de su vida, pero en el transcurso de los años, Woody destacó por su labor más preciada: cuidar de los suyos y crear lazos fuertes de amistad con los demás.
En la cuarta y última entrega de la saga “Toy Story”, Woody vuelve a deslumbrar con su ternura y empatía hacia los nuevos integrantes que se suman a la vida de Bonnie, en una divertida travesía, llena de aventuras, con tintes de comedia y un toque de suspenso, en la que los juguetes suman fortalezas y nuevos compañeros como Forky, un gracioso tenedor creado por Bonnie en su primer día de kínder, orgullosa de haberlo hecho (con la ayuda de Woody). La niña inicia un fuerte apego con el utensilio que, sabiéndose basura, le cuesta entender que es parte de los nuevos juguetes.
Dirigida por Josh Cooley, la historia escrita por John Lasseter, Pete Docter, Andrew Stanton y Lee Unkrich, se estrena el viernes 21 de junio a nivel mundial. Sin duda será una de las cintas más nostálgicas y especiales, en la que sus creadores remueven sentimientos, dejando como mensaje que los juguetes descubren lo grande que pueden ser para cualquier dueño que los quiera, pero si su misión termina al crecer el niño, también pueden embarcarse a aventuras intrépidas que los marcarán por siempre.
No cabe duda que “Toy Story” marcó una importante pauta en la vida de quienes crecieron con Woody, Buzz Lightyear, Bo Peep, Hamm, Señor Cara de Papa, Rex, Slinky y más juguetes que se sumaron en las demás cintas de la saga, dando oportunidad a los realizadores de concluir la trama que inició hace 24 años para convertirse en un clásico del cine de animación.