A quien dicen en la Cuarta Transformación que no podían hacer que renunciara al cargo, es a Antonio Magaña, quien de periodista se convirtió en candidato del Partido Revolucionario Institucional a la alcaldía de Mexicali, y después de la derrota fue colocado como delegado del ISSSTE en Baja California, donde despachó plácidamente durante casi tres años. Tan a gusto estaba que en la campaña 2019 trascendió que uniría sus talentos a Movimiento Regeneración Nacional no por aportar a la causa política, sino para conservar el puesto. Pero nada. Desde la Coordinación de Programas Federales en BC, le fue solicitada la renuncia a Magaña, y, a pesar que se negaba a presentarla, finalmente lo hubo de hacer. Con la desaparición de los delegados federales, esa posición ahora es una especie de administración del ISSSTE, a cargo de Salvador Amarillas.