El poder acaparador del próximo diputado local, Fausto Gallardo, es sorprendente. Será su segunda vez como diputado local y la misma cantidad de veces ha dejado a su partido sin prerrogativas desde que es dirigente estatal, pero eso es lo de menos cuando de volver al Congreso del Estado se trata. Todo le cayó del cielo. Gallardo hizo nada para afianzar la alianza del Partido Verde Ecologista de México con Movimiento Regeneración Nacional, pues los acuerdos se hicieron a nivel nacional y solo tuvo que dejarse llevar por la corriente. De esa misma forma obtuvo la candidatura por el Distrito 6 y tendrá su lugar en el Poder Legislativo, pese a que su desempeño como legislador no fue precisamente el mejor. Tampoco hizo nada por la transparencia, pues el PVEM fue considerado por el ITAIP, el organismo político menos interesado en la rendición de cuentas en Baja California, otorgándole una calificación de 0% en las obligaciones en la materia. Los pocos militantes con que cuenta el partido en toda la entidad, están molestos por la poca seriedad y el “gandallismo” de Gallardo, a quien acusan de usar el partido como negocio personal. La molestia ha sido tal que entre esos militantes ya lo apodan “Nefausto” Gallardo.