Como se ha vuelto costumbre, el Congreso del Estado está sacando temas trascendentes al cuarto para la hora, lo que ya ha sido criticado por diversos grupos sociales, empresariales y hasta por parte de otros legisladores. Sin embargo, al que parece no importarle el vendaval que se ha vuelto los últimos meses el Poder Legislativo -por la aprobación de endeudamientos, intentos de “fiscal carnal”, auditores y magistrados anticorrupción-, es al presidente de la Mesa Directiva, el priista Benjamín Gómez, quien al término de la última sesión ordinaria fue a su casa para hacer maletas y emprendió un viaje a Cuba, “paralizando” con ello la actividad del pleno del Congreso, hasta que el señor decidió regresar. Por ello, los diputados tuvieron que postergar la elección del nuevo presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y de los comisionados del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Por lo menos se sabe que el priista regresó relajado y despejado para reincorporarse a sus actividades legislativas que, suponemos, deben ser muchas.
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