A los indignados pacientes del IMSS y el ISSSTE
Cuando llegó Luis Donaldo Colosio al Hospital General de Tijuana, ¿hubo insumos para salvarle? ¿O murió por deficiencias del Hospital?
La salud es un tema que afecta negativamente a los mexicanos de primera, de segunda y de tercera clase. Las instituciones públicas desde los hospitales generales, ISSSTE e IMSS no solo son abandonadas en sus recortados y escuálidos presupuestos, sino el recurso que se les otorga es manoseado y robado impunemente por la burocracia dorada en colusión con el silencio de los líderes de sindicatos ante el servicio inhumano, deficiente y a veces criminal.
Porque la deficiente, nula o terrible atención estructural significa empujar del borde de la vida a la muerte a los pacientes críticos que nunca podrán ir a una farmacia u hospitalización.
Un amigo de trabajo afiliado al IMSS, por falta de neumólogo y sus medicamentos a que tenía derecho después de entregar una vida de trabajo, por fallas increíbles en el IMSS de la clínica 27 en Tijuana, murió en dos meses de desatención.
Veo en el ISSSTE de Tijuana y en otras ciudades situación semejante, no disponen de suficientes medicamentos, que aún existe un concepto maldito y miserable de “cuadro básico”, desde que tengo memoria, que los especialistas son insuficientes, que te informan que los médicos renuncian por los salarios raquíticos, que las citas llevan semanas o meses, que los médicos de consulta general tienen 12 a 15 minutos para atender a un paciente. Que hay pacientes de primera vez que es imposible diagnosticarlos en ese breve tiempo. Escucho personal médico que denuncia que se roban equipo e instrumental del quirófano, que luego aparece en hospitales privados, que hay rapiña de lo que tenga valor. Y aún no ha pasado nada.
Las instalaciones del ISSSTE Las Palmas fueron inauguradas en septiembre de 1968, con medio siglo se han deteriorado, y rebasadas por el creciente número de pacientes, y no terminan lo que empiezan, el mismo laboratorio de hace medio siglo no se ha renovado ni crecido, los sanitarios son un foco de infección más que deprimentes. Y no han construido otro hospital actualizado en las zonas populares. Que da pena ajena ver que aun las instalaciones nuevas no merecen el cuidado del público usuario y de los responsables.
La estocada mortal neoliberal al espíritu de redistribución social de una institución pública como o el ISSSTE se refleja nítidamente en la súper tienda colapsada que se encuentra en los Módulos de Otay, en la colonia Nueva Tijuana, el sitio donde se ofrece consulta familiar general. Esa tienda supermercado tiene un espacio aproximado de 10 mil metros cuadrados, espacio grande originalmente fue similar a cualquier mercado comercial con la variedad de productos a precios muy accesibles y abierta al público. Uno solo para toda Tijuana, pero el comercio la condenó a morir.
Por los años 80 la sucursal de la tienda del ISSSTE tuvo éxito, estaba localizado en el Bulevar Salinas, la cerraron porque la quemaron, no se quemó, lo hicieron cenizas los intereses de la competencia. Otro mercado del ISSSTE bien surtido y con enorme movimiento, estaba en Ave. Madero al lado de los Burrito Corona, lo quemaron. ¿Casualidad? No lo creo.
El mercado ISSSTE Otay, tuvo farmacia, hoy es un fantasma, una vergüenza del Prian neoliberal. Deben estar igual o peor en otras ciudades del país. Excepto en la capital porque ahí se sostiene la máscara de que toda marcha. En la CDMX el propio SNTE tiene un gran supermercado en el edificio de la sede nacional. Con mercancías diversas y abundantes, la UNAM tiene otro mercado que nada le pide a sucursales de cadenas comerciales. Son privilegios del centralismo chilango.
Este panorama desplomado es un contraste en los nosocomios privados, de cualquier marca, abundan clínicas hospitales de cinco estrellas, con modernas salas de cuidados intensivos, ambulancias nuevas, personal súper calificado, de pisos relucientes, médicos especialistas de guardia, medicamentos, cómodas camas, salas de curaciones impecables, cuartos y sanitarios limpios, instalaciones modernas, funcionales, elegantes, radicalmente distintas. Y los hospitales privados en la fronteriza Tijuana crecen como hongos, de muchos pisos de mucho dinero con un potencial mercado norteamericano de grandes expectativas lucrativas, donde el servicio médico se convierte en maquiladoras para la salud, solo de pudientes. Este es reto de la 4T.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com