A la usanza de todo candidato del partido en el poder, Jaime Bonilla Valdez cerró campaña en busca de la gubernatura de Baja California convirtiendo su último acto proselitista en una ostentosa verbena popular.
Su arribo al aparatoso escenario dispuesto para el colofón de su campaña, después de 2 meses de estar en busca del voto ciudadano, como él mismo lo reconoció en ese último mitin, lo hizo a las 6:00 de la tarde del miércoles 29 de mayo.
No obstante, desde cinco horas atrás el acarreo de quienes atiborrarían el acto final de proselitismo dio inicio.
A primera hora de ese miércoles los choferes de más de un centenar de taxis de ruta Verde-Blanco, Rojo-Negro, Blanco-Franja Roja, Blanco-Franja Lila, entre otros, así como decenas de camiones de transporte de personal, recibieron la instrucción de sus líderes de trasladarse a la colonia que previamente les fue asignada, para movilizar a los asistentes del cierre de campaña del candidato Bonilla.
El arribo de los primeros contingentes de personas conducidas a la casa Morena, ubicada en Paseo de Los Héroes, en plena zona Río, se registró desde las 2:30 de la tarde, no obstante que el evento estaba programado llevarse a cabo hasta las 5:00 de la tarde.
A las 16:00 horas, las sillas dispuestas alrededor del escenario se encontraban ocupadas en su mayoría por personas de la tercera edad y familiares de los candidatos.
A esa hora los gritos del animador del programa final de campaña ya retumbaban en las grandes bocinas, complemento de la parafernalia de un escenario montado como si se tratara de un concierto de música, aturdiendo principalmente a los adultos mayores, entre ellos el padre de Arturo González Cruz, candidato a la alcaldía de Tijuana por Morena, a quién tuvieron que taparle los oídos.
En las calles aledañas continuaba el arribo de ciudadanos, y, aunque la coalición de Juntos Haremos Historia no otorgó tortas ni refrescos, sí siguió la práctica de los partidos que han antecedido en el poder a Morena: entregar obsequios a cambio de concurrir en los actos de campaña. En esta ocasión la dádiva consistió en agua, bolsas, sombrillas y gorras para el sol.
A las 5:00 de la tarde se observaba lleno total en el lugar, pero fue hasta cuarto para las 6:00 cuando los candidatos de los partidos Transformemos, Partido del Trabajo y Verde Ecologista, coaligados con Morena, abrieron el escenario para el arribo de Jaime Bonilla Valdez y Arturo González Cruz. Atestiguaron este acto la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky y Alberto Anaya Gutiérrez, Coordinador Nacional del Partido del Trabajo.
A punto de oscurecer, Jaime Bonilla concluyó su discurso de 28 minutos y descendió del templete para dirigirse a Casa Morena, ubicada justo enfrente, trayectoria durante la cual sus guaruras se encargaron de mantenerlo alejado de los reporteros que intentaban abordarlo; al llegar ahí cerró abruptamente la puerta de la casa de campaña, dejando fuera a la prensa de la que huía… y a Arturo González Cruz que lo siguió inútilmente.