Derivado del arancel de 17.5% a las exportaciones de tomates mexicanos impuesto por el gobierno de Estados Unidos desde el 7 de mayo, la producción de las pequeñas y medianas empresas que no puedan pagar la tasa compensatoria se comercializará en el mercado regional, con lo que disminuiría el precio de esa hortaliza en Baja California, en beneficio de los consumidores.
Así lo previó Juan Martínez Núñez, encargado de despacho de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el Estado, quien indicó que la disminución del precio podría incluso estar por debajo del costo de producción, lo que afectaría a alrededor de 200 pequeños y medianos productores que generan 36 mil toneladas de tomate, es decir, 20% de la producción total anual (180 mil toneladas).
No obstante, el funcionario descartó que por esta problemática haya desempleo en BC, aunque reconoció que de los cerca de 10 mil jornaleros que trabajan en el tomate, una proporción tendría que laborar en otros cultivos.
En entrevista con NEGOCIOZ, Martínez Núñez detalló que de las 180 mil toneladas anuales cultivadas en 2 mil 300 hectáreas en Baja California, cien mil toneladas se producen en el ciclo de producción primavera-verano; y del total de la producción anual, 20% ya se destinaba al mercado regional y local.
Cifra que podría crecer ante la decisión del Departamento de Comercio estadounidense de cancelar el Acuerdo de Suspensión a la Investigación Antidumping a las Exportaciones Mexicanas de Tomate, que data de 1996.
Lo anterior, debido a presiones políticas de los productores del Estado de Florida al no poder competir con el tomate mexicano por costo y calidad, aduciendo que los productores y el gobierno mexicano provocan precios bajos de manera artificial, que incluso venden el tomate mexicano por debajo del costo de producción, lo cual es “ilógico”.
“Ellos argumentan que los insumos, la mano de obra, el agua y la electricidad están por debajo de su costo real y eso representa un subsidio a la producción”, de modo que el precio al que tendrían que vender sería más elevado si no hubiera competencia desleal.
Respecto a ello, Martínez Núñez expuso que en otros países se subsidia, pero la presión política de productores de Florida hizo que se suspendieran las negociaciones del Departamento de Comercio. No obstante, confió en que el arancel de 17.5% se aplique temporalmente, incluso después que el gobierno estadounidense lleve a cabo la investigación antidumping, la cual podría concluir el 1 de noviembre de 2019.
Finalmente, el funcionario federal aseguró que desde hace cuatro años, las exportaciones de tomate mexicano han ido creciendo. En 2014, del consumo total de esa hortaliza en la Unión Americana, 40% era producción mexicana, cifra que se elevó a 54% para 2018. Es decir, uno de cada dos tomates que se consumen en el vecino país es mexicano.
“El tomate es el tercer producto en valor de exportaciones a EU, después de la cerveza y el aguacate”, agregó el representante de la Sader, e indicó que del total de la exportación nacional, Baja California aporta del 10 al 15%.
En días pasados, la Secretaría de Economía informó que el costo total de la tasa compensatoria sería superior a 350 millones de dólares para los exportadores mexicanos de tomate, con lo que están en riesgo 400 mil empleos directos y un millón de indirectos en ese sector.