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viernes, octubre 4, 2024
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“El plagio se ha convertido en una epidemia que abarca todo tipo de actividad”: Armando González Torres

 

El escritor Armando González Torres presentó en Tijuana su más reciente libro de ensayo titulado “La lectura y la sospecha. Ensayos sobre la creatividad y la vida intelectual” publicado este año por Ediciones Cal y Arena, donde advierte que “el plagio es un fenómeno que erosiona el ambiente social para la inventiva, degrada el diálogo público y causa numerosos perjuicios económicos”.

Como parte de las actividades del programa “Quien lee, puede” que llevó a cabo el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC) dirigido por Haydé Zavala durante la XXXVII Feria del Libro de Tijuana, Armando González Torres compartió la primera presentación de “La lectura y la sospecha” el domingo 19 de mayo, en la cafebrería “El Grafógrafo” que coordina René Castillo en el Pasaje Rodríguez de la Zona Centro de la ciudad fronteriza.

En “La lectura y la sospecha”, Armando González Torres propone un libro misceláneo de 50 ensayos breves pero urgentes de esta época; algunos inéditos y otros que ya habían sido publicados en medios como Suplemento Cultural Laberinto de Milenio Diario, además de Letras Libres y Nexos.

En entrevista con ZETA, González Torres expresó sobre el criterio para incluir dichos ensayos en “La lectura y la sospecha”:

“El criterio para incluirlos fue que se refirieran al acto creativo. El libro intenta ofrecer un acercamiento al proceso creativo en todas sus facetas, desde las muy diversas formas de inducción creativa, como los horarios de trabajo y rutinas de los artistas o su relación con el alcohol, las drogas y otras formas de inspiración extática, hasta algunas patologías de la creación como los períodos de esterilidad o, al contrario, la propensión a la sobreproducción que lleva a fenómenos como el plagio y otras modalidades del fraude artístico”.

Mientras transcurre “La lectura y la sospecha” el lector se va encontrando gozosamente citas, libros o autores como Mason Currey, Jean Guitton, Jean Duvignaud, Cristóbal Peña, Harold Boom, Michael Sandel, Roger Scruton, Enrique Serna, por recordar solo algunos:

“En efecto, hay una alusión a una muy amplia nómina de autores que se han ocupado del fenómeno de la creación artística: filósofos, sociólogos, críticos literarios y muchísimos artistas que reflexionan sobre su propio oficio. De hecho, podría decir que las fuentes bibliográficas y el sustento teórico al que se acuden son muy sólidos y variados; sin embargo, la intención del libro no fue hacer una exposición sistemática, sino saltar de un pensamiento a otro y exponer, de manera lo más clara y amena posible, argumentos valiosos en torno a la creación que se han originado en estos pensadores y artistas”, manifestó González a este Semanario.

Con ensayos breves de entre dos y tres páginas, amenos por la diversidad de registros de tonos, fundamentales por sus argumentos, “La lectura y la sospecha” está dividido en tres secciones: “El prodigio de la creación”, “Anomalías, enfermedades y accidentes del arte” y “La lectura y la sospecha”.

 

LEYÓ “OTRA MISIVA A UN JOVEN ARTISTA” EN TIJUANA

Publicado apenas en mayo de 2019, “La lectura y la sospecha” fue presentado en El Grafógrafo, cafebrería donde Armando González Torres leyó un fragmento del ensayo “El prodigio de la creación” contenido en la segunda sección de su libro.

A manera de parodia bastante crítica del mundo literario, González Torres leyó en “Otra misiva a un joven artista”:

 

 

“Si aspiras al ascenso en el mundo literario, apenas tienes que leer y escribir: mejor utiliza tu olfato y competencias sociales; amplía tu círculo de influencias en todos los ámbitos (recuerda que la prominencia política o económica también es intercambiable en el medio literario); acude a tertulias, ofrece fiestas y cocteles; acércate a escritores influyentes, editores, críticos y agentes literarios; no dejes que nadie se te escape sin halagarlo, imponerle un manuscrito o solicitarle un favor…”, leyó por la página 17 de “La lectura y la sospecha”.

“Creo que es un libro raro, los escritores suelen ser escribir mucha creación, pero reflexionar poco sobre los mecanismos de la creación. Por otro lado, pese a que el libro está basado en fuentes serias y sólidas, de ninguna manera pretende ser un tratado de estética, sino una reflexión informal y amena, ilustrada con muchos ejemplos grotescos que provienen tanto de la imaginación narrativa como de la realidad. En resumen, creo que es un libro divertido que trata de reflexionar sobre uno de las propensiones humanas más hondas que es el sentido de creación, y que poseemos todos los individuos, no sólo los artistas profesionales”, complementó González Torres en la entrevista con este Semanario.

“EL PLAGIO SE HA CONVERTIDO EN UNA EPIDEMIA”

En el segundo apartado de “La lectura y la sospecha” titulado “Anomalías, enfermedades y accidentes del arte”, Armando González Torres aborda en diversos ensayos el ineludible tema del plagio que “se ha convertido en una epidemia”:

Confiesa en autor en el ensayo “La creación y el fraude” contenido en la página 93: “En 2014 experimenté una sorpresa, entre irritante y halagadora, cuando, fungiendo como jurado en un concurso de ensayo juvenil sobre Octavio Paz, encontré que uno de los concursantes había decidido utilizar (sin citar) algunos párrafos de la conclusión de un libro mío sobre Paz para coronar sus propias reflexione”.

– ¿Por qué es tan grave que incluso los jóvenes recurran al plagio?

“El plagio es un fenómeno que erosiona el ambiente social para la inventiva, degrada el diálogo público y causa numerosos perjuicios económicos. El plagio se ha convertido en una epidemia que abarca todo tipo de actividad, desde la política (muchas iniciativas legislativas o discursos políticos son calcas de otros) hasta la academia (se han documentado numerosos casos de plagiadores seriales) y la creación literaria (con casos tristemente célebres como el de Alfredo Bryce Echenique).

“Sin duda, el hecho de que el plagio se vuelva tan habitual en las nuevas generaciones proviene de la sobreoferta de información que hay en las nuevas plataformas y en el sentimiento de impunidad, dado que el plagio raramente es tipificado y sancionado”.

– “Los extendidos fenómenos de deshonestidad intelectual, desde el plagio serial hasta las pequeñas pillerías y abusos de confianza”, se lee por tu libro, y agregas: “en décadas recientes, la copia, la apropiación, el pastiche, la intervención, el reciclaje y otras formas de lo ‘no creativo’, incluyendo el robo a secas, se han avanzado como un método de producción artística” (91). ¿Qué propones para combatir sobre todo el plagio o por lo menos que no “se contagie” (93)?

“Se trata de un asunto muy complejo, pues el tema de la ‘originalidad’ intelectual y creativa resulta muy difícil de definir y, en efecto, muchas de las obras cumbre de la tradición occidental (empezando por las de Shakespeare y Cervantes) se han realizado aprovechando sustratos comunes y usufructuando lo que hoy se llamaría ‘intertextualidad’.

“Sin embargo, fenómenos como el plagio, es decir la utilización literal o casi literal de las ideas y formas de redacción de otros para hacerlas pasar como propias, puede ser fácilmente tipificado, cuestionado y sancionado, sobre todo en la academia. En otros ámbitos conviene seguir demostrando el rechazo hacia estas formas del fraude para que, al menos, tengan una sanción social.

– A propósito de algunos temas que abordas en tu libro como el plagio que “se contagia” (93), la “producción en serie” (89), “alud de apropiaciones” (91), “la impostación” en la crítica (95), el fraude y el “plagio serial” (93), los escritores como “marcas registradas” (100), “escritores que escriben con una regularidad y prolijidad estremecedora” (76), ¿cómo describes esta época de la industria editorial? O en todo caso, ¿hacia dónde va la “producción en serie” (88) o este tiempo donde autores publican “un libro o más cada año” (76)?

“Sin duda, la concentración de la industria editorial y su enfoque que prioriza la rentabilidad puede afectar la producción intelectual y literaria en, al menos, dos aspectos: por un lado, propiciar una mayor uniformidad y, por el otro, afecta aún más los tiempos de creación y maduración de las obras.

“En este sentido, es importante mantener la heterogeneidad y riqueza del llamado ‘ecosistema editorial’ y preservar espacios en los que pueda desarrollarse la diversidad de la producción intelectual y literaria, de ahí la importancia de que, al lado de los cada vez más poderosos gigantes editoriales, no dejen de proliferar las editoriales independientes”.

 

“EL ENSAYO ES UN GÉNERO HÍBRIDO”

Armando González Torres es poeta, aforista y ensayista; ganador Premio Nacional de Ensayo “Alfonso Reyes” 2001; Premio de Ensayo Jus 2005; Premio Nacional de Ensayo “José Revueltas” 2008 y del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario “Malcolm Lowry” 2015, por “¡País de ladrones!, Evelyn Waugh y México”.

– ¿Qué es para ti el ensayo donde priva, además de lo creativo, sobre todo lo argumentativo?, a propósito de “La lectura y la sospecha”…

“Considero que el ensayo es un género híbrido, en constante evolución y metamorfosis, al grado de que, más que ensayo, podría hablarse de géneros ensayísticos (desde el tratado hasta la miniatura filosófica).

“Lo que yo intento hacer también en este libro es utilizar las diversas herramientas de los géneros ensayísticos para ilustrar mis ideas, de modo que lo mismo acudo a reseñas de libros muy serios sobre temas de estética y creación, que elaboro estampas narrativas sobre personajes pintorescos o ridículos de la fauna artística y literaria”.

Finalmente, Armando González Torres reconoció a Ediciones Cal y Arena al publicar en estos tiempos su libro de ensayo “La lectura y la sospecha”:

“Estoy muy complacido y agradecido por el interés de Ediciones Cal y Arena en un libro como éste. Por un lado, valoro mucho el catálogo y la trayectoria de Cal y Arena y el hecho de que, en un medio de difícil competencia con entes editoriales gigantescos, esta editorial lleve poco más de treinta años impulsando una política editorial independiente”.

“Por otro lado – concluyó González Torres en la entrevista con ZETA-, es muy agradecible que Cal y Arena apueste por un libro como éste que ejerce un género aparentemente poco taquillero, como el ensayo, que busca combinar el mero entretenimiento con la exigencia reflexiva. Creo que con este tipo de apuestas se ratifica un principio de independencia editorial: más que seguir las inercias creadas del gusto, apostar por crear gusto”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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