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miércoles, octubre 2, 2024
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BC: 421 denuncias de abusos sexuales en cuatro meses

Las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señalan que en lo que va del año aumentaron las denuncias de abuso sexual en la Entidad con una diferencia de 74 casos en comparación con las cifras del mismo periodo del año anterior. De acuerdo a la activista Adriana Milanés, el abuso sexual va de la mano con un contexto de violencia y abandono familiar. El catedrático Carlos Javier Correa Bernier expone que alejar al agresor es apenas el inicio para que la víctima se recupere.

En Baja California, durante los primeros cuatro meses de este año, se denunciaron 815 delitos contra la libertad y la seguridad sexual, de esta cifra se desprende que 421 fueron abusos sexuales, de acuerdo a la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Dentro de los delitos contra la libertad y la seguridad sexual se contemplan 99 violaciones sexuales de tipo equiparada, esto es en contra de individuos incapacitados para resistirse física o psíquicamente al acto, además de 177 violaciones simples.

En comparación con las cifras registradas en el mismo periodo de tiempo del año anterior, se detecta un aumento considerable. Los casos denunciados de delitos contra la libertad y seguridad sexual entre enero y abril de 2018 dieron un total de 719, de los cuales 347 fueron abusos sexuales.

En Tijuana, de enero a abril del presente año, se denunciaron 196 casos de abuso sexual, 59 casos de violaciones sexuales equiparadas y 85 violaciones simples.

Fue precisamente en esta ciudad fronteriza, que doce años atrás Adriana Milanés comenzó su labor para prevenir el abuso sexual infantil, impartiendo charlas sencillas a alumnos del nivel básico educativo.

En entrevista para Semanario ZETA, la activista declaró que los casos de abuso sexual no han disminuido, aunque han cambiado las estadísticas referentes a los principales afectados y ahora no sólo son las niñas, sino que los varones tienen las mismas probabilidades de ser víctimas de este delito durante la infancia.

Conforme pasó el tiempo, Milanés formó un equipo profesional para brindar ayuda psicológica y jurídica a las víctimas detectadas durante las jornadas informativas, comentó que en la mayoría de las ocasiones que la asociación recibe la invitación para dar una charla es porque las docentes comienzan a detectar conductas sexuales atípicas en sus alumnos.

Estas conductas van desde jugar a desvestir a sus juguetes, tocamientos a otros niños e incluso masturbación en la misma aula, en ocasiones los mismos menores les refieren a sus maestras que en el hogar son expuestos a material pornográfico.

“Cuando nos hacen la invitación, primero nos gusta hablar con los padres de familia para avisarles que vamos a impartir este material a sus hijos. En ocasiones ellos creen que les vamos a hablar directamente de sexo, pero no es así, nosotros queremos darles herramientas a los niños para que sepan cuidarse de un abuso sexual”, comentó la activista.

Los padres conocen previamente el material que se les entregará a los niños, se les enseña a diferenciar un abuso sexual de una violación, debido a que esto aún se considera tema tabú y no se informan al respecto.

Cuando los casos son detectados se les ofrecen distintos servicios, todos sin ningún costo, que van desde la terapia psicológica hasta la jurídica, este último para proceder legalmente contra el presunto agresor, sin embargo los casos que se concluyen por esta vía son escasos.

Foto: Jorge Dueñes.- El catedrático Carlos Javier Correa Bernier declaró que la violencia familiar es un problema de salud pública.

“El 90 por ciento de los casos que detectamos se inclinan más a la atención psicológica, y cuando ya vamos a proceder legalmente se van. Son casos muy difíciles y aislados en los que sí logramos llegar hasta el proceso jurídico”, compartió Milanés.

De acuerdo a los casos atendidos por Manos Entrelazadas, en la mayoría los agresores son conocidos o familiares de las víctimas, cuando son familiares muy rara vez los padres de los afectados buscan proceder legalmente contra el agresor y solo aceptan la ayuda psicológica.

También por esto las estadísticas oficiales no representan la totalidad de los casos de abuso y violaciones, dado a que muchos casos no se llegan a denunciar ante las autoridades correspondientes.

Milanés añadió que más de la mitad de los casos de abuso sexual van acompañados por un contexto de violencia doméstica y abandono familiar, que provoca que los niños no denuncien con tiempo y vivan bajo esta situación por muchos años.

 

Baja California por encima de la media en violencia familiar

En México se registran 97 casos de violencia familiar, por cada 100 mil habitantes, sin embargo, en Baja California la cifra aumenta entre 255 y 289 casos, donde los esfuerzos se quedan cortos, para revertir este problema de salud pública, informó Carlos Javier Correa Bernier, catedrático de Cetys Universidad.

De acuerdo a la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los cuatro primeros meses del año en curso en Baja California se han registrado 3 mil 178 delitos contra la familia, de los cuales 2 mil 852 son por violencia familiar.

“Baja California tiene el doble de la tasa nacional de casos de violencia familiar, creo que tenemos que comenzar a ver en México el tema de la violencia familiar por lo que es, un tema de salud pública”, dijo.

Durante su ponencia en la Semana de la Sicología, de la institución, el conferencista planteó si la  separación del padre violento es suficiente para rescatar a una familia de la violencia que vive al interior.

Destacó que por lo general es el hombre el que crea un ambiente de violencia en el hogar, pero para poder atacar de raíz, se debe de entender qué es lo que generó la violencia en él desde un inicio: si fue un detonante conductual, o bien, si lo aprendió en el hogar.

“Aunque la remoción del padre de una familia violenta es parte de la solución, no es la única solución, sino que tiene que ser vista como parte de una intervención mucho más amplia, mucho más integral, y más adecuada”, dijo.

Una vez que el padre violento es separado de la familia, existen tres maneras de actuar, aseguró el especialista, una de ellas es utilizar la separación para desligarse por completo de la familia y tomar su propio camino, alejado.

La otra opción es que la separación sea un punto de inflexión en el padre, y decida tomar responsabilidad de sus acciones y trabajar juntos por el bien de la familia.

Y por último, que el padre utilice la separación como una manera más de seguir ejerciendo violencia y usa la visitación para abusar de la víctima, explicó.

“Primero tenemos que entender qué es violencia familiar, porque no es solamente la agresión física de una persona que vive bajo el mismo techo con los hijos. La violencia familiar es mucho más amplia, la manipulación económica es parte de este problema, la manipulación de los niños, el abuso físico, el abuso emocional, el abuso sicológico y el privilegio masculino son parte del problema”, detalló.

Se debe de entender que no sólo se trata de poner a un hombre en la cárcel, explicó Correa Bernier, sino que también se debe de ocupar de la familia que quede fuera de ella, porque el padre que se queda a cargo de sus hijos, entonces entra en otra prisión, la de la pobreza y la falta de apoyos para salir adelante.

“En ocasiones la pobreza y la culpa, lleva a estas personas a regresar con el victimario porque entienden que no hay otras opciones”, añadió.

Entonces existe algo llamado “desesperanza aprendida”, reflejada en una parálisis emocional que permite a las mujeres, regresar con el ofensor, afectar su calidad de vida y de sus hijos.

Agregó que se ha normalizado tanto el tema de la violencia que muchas veces no se le presta la atención debida, a pesar de ser un problema multigeneracional.

“Si no atendemos a la familia, si no atendemos a los niños que están creciendo, estos niños y estas niñas que están experimentando, que están viviendo esta violencia en su familia, van a terminar siendo ofensores o víctimas, y ambos crearán un gran problema para el país”, comentó el especialista.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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