El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció este miércoles que soldados mexicanos apuntaron con sus armas a elementos de la Guardia Nacional en la frontera con ambos países, lo cual, aseguró, es una táctica de los traficantes de drogas.
“Los soldados de México recientemente apuntaron a nuestros soldados de la Guardia Nacional, probablemente como una táctica de desvío para los traficantes de drogas en la frontera”, señaló el mandatario estadounidense a través de su cuenta de la red social Twitter. Y continuó: “¡Mejor que no vuelva a suceder!”.
Mexico’s Soldiers recently pulled guns on our National Guard Soldiers, probably as a diversionary tactic for drug smugglers on the Border. Better not happen again! We are now sending ARMED SOLDIERS to the Border. Mexico is not doing nearly enough in apprehending & returning!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 24, 2019
“Ahora estamos enviando soldados armados a la frontera ¡México no está haciendo lo suficiente para detenerlos y regresarlos”, agregó Trump, quien antes afirmó que una caravana integrada por más de 20 mil migrantes, iniciada en México había reducido su tamaño, pero seguía llegando a EE.UU.
“México debe detener el resto [de migrantes] o nos veremos obligados a cerrar esa sección de la frontera y llamar al Ejército. ¡Los coyotes y los cárteles tienen armas!”, escribió Trump en otro tuit.
El presidente de EE.UU. refirió al incidente del 13 de abril, cuando militares mexicanos detuvieron a dos miembros de las fuerzas estadounidenses cerca de la ciudad de Clint, estado de Texas, donde la cerca instalada para dividir los territorios no coincide exactamente con el límite que separa a ambas naciones.
Según la cadena CNN, el conflicto se originó porque, según la explicación de los soldados estadounidenses, la división entre los estados de Texas y Coahuila, no se corresponde con el límite geográfico real, debido al paso de un lecho seco del Río Bravo, conocido como Río Grande en EE.UU.
Así, según explicaron funcionarios del Pentágono a CNN, entre cinco y seis uniformados mexicanos detuvieron a dos soldados de su país, los desarmaron e interrogaron mientras les apuntaban con sus armas.
Los soldados pertenecían al Comando Norte de Estados Unidos, que administra el respaldo militar para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés), y realizaban operaciones de apoyo fronterizo en un vehículo sin identificación.
Sin embargo, según el mismo medio, para evitar que el conflicto escalara, los detenidos no opusieron resistencia. Además, uno de los militares que hablaba en español intentó explicar los motivos de la confusión. Una vez aclarada la situación, los estadounidenses fueron liberados.