El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pronosticó que la economía mexicana crecerá 0.5% en 2019, y 2.4% en promedio en el trienio 2019-2021. Este último dato confirma la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual refiere que el Producto Interno Bruto (PIB) de México no crecerá 4% anual durante este sexenio, pese a la promesa del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el BID, el escaso crecimiento estimado para este año sería consecuencia de factores externos, como un menor crecimiento de Estados Unidos por sus disputas comerciales con China, la caída en la rentabilidad empresarial, así como una inflación más elevada que afectaría el incremento en las tasas de interés.
En su reporte macroeconómico 2019, titulado Construir Oportunidades para Crecer en el Mundo Desafiante, el organismo internacional destaca el rezago en los sectores energético y de transportes de México. Debido a las pérdidas en la distribución y transmisión de electricidad, así como en la calidad de la electricidad, los empresarios enfrentan mayores costos.
Por otro lado, 34% de los hogares mexicanos utilizan leña como fuente de energía, sobre todo en zonas rurales. En cuanto a la producción de energía del país, 90% se genera a partir de combustibles fósiles, como petróleo, condensados y gas licuado. En contraste, 10% proviene de energía nuclear y fuentes renovables.
Y aunque resaltó el Tren Maya y el Corredor Transístmico como proyectos que detonarán la inversión y el crecimiento, expuso que los más de 6 mil millones de pesos para comenzar la construcción del Tren Maya representan apenas 4% de la inversión total requerida, de ahí que sea necesaria la inversión privada.
Para Roberto Valero Berrospe, presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California, las previsiones muestran que no existe una estrategia clara de política económica, ya que se está destinando gran cantidad de recursos a programas sociales sin garantizar que esos fondos regresarán al sector productivo para incentivar el crecimiento económico.
“Lo más triste” es que hay estados que con una estrategia de crecimiento y desarrollo, como Baja California Sur y Querétaro, han demostrado que se puede crecer más. “Entonces, por qué no copiar o adecuar esos planes para todo el país”, cuestionó.