Estar en un velorio representa,
poder dar un abrazo a aquel doliente,
que se encuentra en la capilla ardiente,
sea familiar o no del que se ausenta.
Las mujeres visten negro vestido,
los hombres se comportan indiscretos,
murmurando en voz baja sus secretos
alrededor del que yace tendido.
De los presentes, ni uno muestra aflicción,
creyendo que tendrán muy larga vida,
sus deudos sufren, su mujer solloza.
Muy amigable, sin consideración,
su fiel compadre trama una movida,
diciéndole piropos a la esposa.
José Miguel Ángel Hernández Villanueva.
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Tijuana, B.C.