La Fiscalía Federal del Distrito Este de Nueva York concluyó que el narcotraficante sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “no tiene derecho a un nuevo juicio”, tal como lo pidió su defensa, que argumenttó el jurado supuestamente revisó artículos de la prensa durante el proceso penal, una aparente violación a las normas impuestas por el juez Brian M. Cogan.
En un documento de 110 páginas desclasificado ayer lunes por la noche, la Fiscalía neoyorquina argumentó que en el llamado “Juicio del siglo” se presentó suficiente evidencia para condenar a cadena perpetua a alias Chapo, a quien a mediados de febrero, un jurado anónimo lo declaró culpable de 10 cargos de narcotráfico, lavado de dinero y armas de fuego.
El pasado 26 de marzo, los abogados defensores del capo solicitaron la repetición del juicio contra el ex líder del Cártel de Sinaloa, para garantizar un “juicio justo”, basando sus argumentos en un artículo del medio VICE, en el cual se menciona que un jurado presuntamente confesó que él y otros miembros del panel cotidianamente leían notas sobre el proceso legal, incluyendo una acusación de que el Chapo drogaba y violaba a niñas.
Sin embargo, La Fiscalía neoyorquina respondió que esta alegada irregularidad “no llamó la atención de la Corte, a pesar de la amplia oportunidad de hacerlo”. Además, dijo que “En cualquier caso, incluso asumiendo la veracidad de las acusaciones en el artículo de VICE News, el acusado no tiene derecho a un nuevo juicio”.
“Del mismo modo, no hay indicios de que algún miembro del jurado haya mentido a la corte para ocultar cualquier posible sesgo contra el acusado, de manera que la supuesta falsedad perjudicara al acusado”, agregó la Fiscalía con el respaldo del Departamento de Justicia estadounidense.
El Chapo, quien podría ser condenado a cadena perpetua el próximo 25 de junio, no merece liberarse de las evidencias presentadas en su proceso -que duró tres meses y contó con testimonios de ex socios del capo-, para ahora enfrentar un nuevo enjuiciamiento, indicó el Gobierno de EE.UU.
ARGUMENTOS DE LA DEFENSA DEL CAPO PARA REPETIR SU JUICIO
Varios miembros del jurado que el pasado 12 de febrero declararon culpable por unanimidad al Chapo -de 10 delitos relacionados con el narcotráfico en la Corte del Distrito Este de Nueva York- leyeron sobre el caso a través de los medios y redes sociales, rompiendo al menos dos reglas impuestas por el magistrado encargado del caso.
El juez Cogan ordenó a los 12 miembros del jurado que no revisaran el caso en los medios o en las redes sociales y que tampoco hablaran entre ellos acerca del mismo, con el objetivo de que el veredicto se pudiera decidir sólo sobre las evidencias presentadas por la Fiscalía neoyorquina.
Sin embargo, en una entrevista con el medio estadounidense Vice, uno de los jurados declaró bajo anonimato que él, así como otros de sus compañeros, rompieron dichas reglas, ya que después de tres semanas de juicio, era muy difícil no hablar del caso entre ellos.
El jurado señaló al periodista Keegan Hamilton, que tanto él como algunos de sus compañeros acudían constantemente a las redes sociales de los periodistas que cubrían regularmente el proceso contra el capo sinaloense, mismo que terminó con un veredicto de culpabilidad y una posible sentencia de cadena perpetua, que será dictada el próximo 25 de junio.
“¿Juicio justo? #Chapolibre”, tuiteó uno de los abogados de la defensa, Eduardo Balarezo, adjuntando un enlace con la entrevista del jurado con Vice, quien aseguró, también, que los miembros del jurado mintieron al juez del caso sobre su exposición a la cobertura en la prensa del juicio en varias ocasiones.
La más sonada sería cuando, el fin de semana previo al inicio de las deliberaciones, cuando se publicaron ciertos 75 cuartillas deselladas de documentos judiciales que aseguraban que Guzmán Loera había pagado por mantener sexo con niñas -algunas de 13 años de edad-, a las que supuestamente después el capo drogaba y violaba, porque “le daban vida”.
Según este miembro del jurado, se enteró por la red social Twitter de que el magistrado Cogan podría reunirse con ellos, así que avisó a los otros miembros del jurado que, si habían visto lo que sucedió, mantuvieran una expresión serena y lo negaran.
El jurado asegura que dicha información no influyó en la decisión final que tomaron, ya que muchos de ellos “se sentían tristes” por la idea de que Guzmán Loera pasara el resto de su vida entre rejas, mientras que otros estaban “horrorizados” por que la Fiscalía empleara a narcotraficantes en el caso contra el capo sinaloense.
“Muchas personas tenían dificultades para pensar que él estaba en régimen de aislamiento, porque, bueno, ya saben, todos somos seres humanos, la gente comete errores”, dijo este miembro del jurado a Vice, quien afirmó, además, que rompieron otra de las reglas del juez al comentar el caso una vez terminadas las jornadas, mientras volvían a sus casas o en los descansos de las sesiones.
Las deliberaciones duraron seis jornadas, más de lo que se esperaba en un proceso que parecía claro, aunque según este jurado, todo se debía a una “terca” integrante de los doce miembros. Ella decía que sí, luego se iba a casa y al día siguiente nos decía: ‘saben, pensé en ello y he cambiado de opinión”, lo que forzaba a volver sobre las deliberaciones en casos concretos.
El entrevistado recordó que el martes 12 de febrero, después de emitir el veredicto que halló culpable a Guzmán Loera de los 10 cargos que pesaban en su contra, “en cierto modo todos estábamos bastante tristes, luchando por evitar que se nos salieran las lágrimas aunque al final al menos cuatro personas lloraron”.
Por otro lado, de acuerdo con el entrevistado, no había mucho que la defensa del Chapo pudiera hacer con toda la evidencia mostrada en contra del capo sinaloense, durante el proceso judicial que duró 12 semanas, al que se le denominó el “Juicio del Siglo”, el más caro y largo en la historia de EE.UU.
Ese mismo día, el Chapo contrató al abogado Marc Fernich, especialista en “apelaciones sofisticadas”, para que se una a su equipo legal integrado hasta ahora por Jeffrey Lichtman, Eduardo Balarezo y William Purpura, según lo reportó el diario estadounidense The New York Post.