El aumento en el costo de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex), la disminución de su producción, así como la falta de claridad en el esquema que la empresa seguirá en la exploración, han sido señales de alerta para los mercados financieros, estos últimos, impregnados de la incertidumbre generada por la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.
Este elemento añadido a la economía no ha desaparecido y ha influido en la inversión, como lo muestran los débiles datos de ese indicador durante febrero, señaló el ex secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña.
Afirmó que dicha incertidumbre se reducirá sólo cuando la administración federal instrumente una política pública que “regrese la capacidad de planear con certeza a quienes quieren invertir en infraestructura”.
Expuso que la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México ha trastocado no sólo a Pemex por afectar el marco legal y ser ésa la empresa 98 más grande del mundo, sino a todas las obras de infraestructura en el país, ya que esas inversiones implican arriesgar capital a largo plazo.
El 11 de marzo, ante integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el ex candidato a la Presidencia de la República en 2018 dijo que uno de los retos que enfrenta la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador consiste en generar más elementos de confianza en torno a Pemex, puesto que los mercados han visto como “foco amarillo” el incremento que ha tenido el costo de su deuda respecto al año pasado, cuando Pemex pagaba 5 pesos por cada mil de deuda.
Mientras que a marzo de 2019 la petrolera paga 21 pesos más por cada mil pesos.
A la par, el Gobierno Federal tendrá que estabilizar la producción -que hoy es 25% más baja que en 2016- sin que el balance de la empresa se deteriore, recomendó.
Hay un acento en cuanto a las refinerías, donde antes no existían, pero se carece de claridad en torno al esquema que Pemex y el sector privado tendrán para explorar, de modo que se requiere un esfuerzo adicional del gobierno para tener una estrategia alrededor Pemex y un plan de negocios que genere confianza entre los inversionistas, con el fin de revertir la reducción de la calificación de la deuda de Pemex y contrarrestar la perspectiva a la baja de la deuda soberana del país.
Asimismo, observó la importancia de mantener un balance primario, pese a que en enero disminuyeron los ingresos del país. “La fotografía del ingreso es una fotografía con matices, robusto sobre todo ISR, pero preocupación alrededor del paso del IVA, (lo cual) habrá que monitorear”, indicó Meade.
En su opinión, reducir los impuestos al Valor Agregado y Sobre la Renta no es suficiente para dar el aliento estratégico que necesita la frontera. Resaltó la necesidad de ver cómo está el decreto, qué aportes se le tienen qué hacer, si en la práctica se están sintiendo sus beneficios y cuál es el estímulo a la economía de Baja California.
“Tenemos que aprender a ver la frontera como una Zona Estratégica, con una visión más amplia que solamente la parte positiva”, además de tener elementos que den certeza y seguridad a la integridad física de quienes se desarrollan, y no sólo considerar o no un régimen fiscal diferenciado.
