Mariposa que aleteas
entre el alma y corazón,
con tus alas nacaradas
y belleza de una flor.
Me recuerdas que le quiero
con un grande y dulce amor,
que le llevo dentro mío
donde el cielo le tatuó.
No permitas que le olvide
te lo pido por favor,
que me vea yo en sus ojos
sin sufrir ningún dolor.
Mariposa que comprendes
lo mucho que le amo yo,
deja que cante en mi alcoba
muy sonriente el ruiseñor.
Que me lleve de la mano
a la orilla del balcón,
y me diga que me adora
con deseo y con pasión.
Mariposa que aleteas
con belleza y sin temor,
llévale mi sentimiento
y ponlo en su corazón.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California