La convivencia personal es el común denominador cuando hay planes para una reunión familiar, celebraciones, hasta hace poco navideña y de año nuevo; pero con la tecnología y la inteligencia de aparatos de comunicación se hace una barrera, un hielo, un cerro, una cortina, una obscuridad entre la convivencia que debía ser de intercambio de vivencias y anécdotas, de sorpresas, planes, etc.
Sería excelente que cuando se planee una reunión o junta se depositaran los celulares en una caja fuerte o un contenedor vigilados por alguien honesto.
O no llevarlo, o apagarlo. Así regresaríamos a la convivencia que ya se perdió, a la armonía, al calor humano, al habla, etc. Sería bueno hacer eso ¿se podrá? Yo creo que sí, intentémoslo, las relaciones humanas mueven al mundo, arraiguemos lo perdido, ya es necesario.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez
Tijuana, B.C.