El jurado que evalúa la evidencia del juicio contra Joaquín “el Chapo” Guzman Loera reanuda este lunes sus deliberaciones, por quinto día, con miras a lograr un veredicto en el más importante caso por narcotráfico que se ha celebrado en Estados Unidos.
Las ocho mujeres y cuatro hombres que lo conforman se reunirán, luego de tres días de descanso, para considerar el testimonio del colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía “Chupeta”, que fue líder del cartel del Norte del Valle en su país.
Ramírez Abadía fue el principal abastecedor de cocaína al cartel de Sinaloa -del que según la Fiscalía Guzmán Loera era uno de sus líderes- entre 1990 y 2007, cuando fue arrestado en Brasil y luego extraditado a EU.
Los miembros del jurado pidieron el pasado jueves al juez Brian Cogan, que preside este caso, revisar parte del testimonio de “Chupeta”, quien apodó a Guzmán Loera “el rápido”, por la forma en que traficaba su cocaína desde Colombia a EU a comienzos de su relación comercial.
El jurado quiere revisar lo relacionado con los envíos de droga que hizo al cartel de Sinaloa entre 2003 y 2005, a los que llamó “juanitas” para evitar que las autoridades descubrieran que se trataba de cargamentos de droga si interceptaban llamadas telefónicas.
También pidieron revisar la parte del testimonio relacionado con el libro de contabilidad que el colombiano mantenía sobre todos los envíos de droga que hizo al cartel de Sinaloa.
En dicho libro registró además los asesinatos de unas 150 personas, entre ellas una que él mismo ejecutó, porque representaban peligro para él o la organización que dirigía.
Guzmán Loera enfrentó un juicio en la corte federal para el distrito este de Nueva York, en Brooklyn, por diez cargos relacionados con el narcotráfico, el principal el de mantener una empresa criminal continua, por los que podría ser condenado a cadena perpetua.
El juicio, que se extendió durante tres meses, se realizó bajo estrictas medidas de seguridad, entre ellas la de ser el único proceso judicial que se celebraba en el octavo piso del tribunal, además de un contingente de agentes de seguridad y miembros de la unidad canina dentro y fuera de la corte.
El jurado escuchó 56 testimonios, de los cuales 14 fueron cooperantes del Gobierno estadounidense, entre ellos Ramírez Abadía, sin duda el más impactante, tanto por su rostro desfigurado por cirugías plásticas para evitar ser reconocido por las autoridades, como por la frialdad con que habló de los asesinatos.
Los testigos, encarcelados en EU y que esperan una reducción de sentencia por su cooperación, eran socios del Chapo, como Chupeta, o empleados muy cercanos como Dámaso Alonso, Jesús “el Rey” Zambada y su sobrino Vicentillo Zambada, cuyos declaraciones ya revisó el jurado durante los primeros cuatro días de deliberaciones.
Durante los años al frente del cartel Norte del Valle, “Chupeta” exportó unas 400 mil toneladas de droga a EU, la mayoría con el cartel mexicano, para lo que se sirvieron de diversos medios de transporte como túneles, lanchas rápidas, embarcaciones de pesca y hasta latas de jalapeños.
Al jurado de este caso también le rodean estrictas medidas de seguridad, que incluyen la prohibición de divulgar sus nombres, dónde viven o trabajan, y ser escoltados diariamente desde su casa a la corte por alguaciles federales.
Este proceso ha provocado la presencia de una multitud de periodistas y curiosos y una gran expectativa por el desenlace del caso. ZETA/SinEmbargo