Los 12 miembros del jurado del juicio de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias el Chapo, terminron este lunes su primer día de deliberaciones sin tener un veredicto sobre la culpabilidad o no del capo sinaloense
El Chapo es acusado de 10 cargos y 27 violaciones incluido el ser líder del Cártel de Sinaloa, así como de tráfico de cientos de toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos, a lo largo de 25 años, así como de lavado de dinero y posesión de armas de fuego.
Antes de dar a los miembros del jurado las instrucciones y especificaciones que deben cumplir al deliberar sobre el caso -mismas que duraron casi 3 horas-, el juez Brian M. Cogan quiso asegurarse de que no habían leído o escuchado ningún “artículo ofensivo o sospechoso” relativo al proceso.
El magistrado se refería a un documento clasificado de la Fiscalía, divulgado el pasado fin de semana, que cita a uno de los 14 testigos cooperantes, el exnarcotraficante colombiano Alexander Cifuentes Villa, diciendo que el Chapo drogaba y violaba a adolescentes de apenas 13 años, a las que consideraba sus “vitaminas” para mantenerse joven.
Sin embargo, Cifuentes Villa no mencionó nada sobre este tema durante los cuatro días en los que prestó testimonio, y los miembros del jurado, que tienen prohibido leer sobre el juicio en los medios o redes sociales, no pueden tener en cuenta dicha información para condenar al capo sinaloense.
Tras interrogar a los jurados, el juez Cogan decidió que el juicio podía continuar como estaba previsto. “Yo no tengo opinión sobre el veredicto al que deben llegar […] No tengo perro en esta pelea”, les dijo el magistrado.
Tras menos de dos horas de deliberaciones, el jurado ya tenía cuatro preguntas para el juez Cogan. La primera fue si la “guerra contra las drogas”, como la que el Cártel de Sinaloa tuvo contra sus rivales, puede ser considerada un crimen de narcotráfico, “con específica referencia al delito de uso de armas de fuego”.
Tras una discusión entre la defensa del capo y la Fiscalía, el juez Cogan respondió que solo pueden considerar el cargo de uso de armas si encuentran que el acusado es culpable de alguno de estos otros cuatro delitos:
A) integrar una empresa criminal para traficar drogas;
B) conspiración internacional para distribuir cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana;
C) conspiración para importar cocaína;
D) conspiración para distribuir cocaína.
El magistrado señaló que al considerar la culpabilidad del Chapo en estos cuatro delitos, los miembros del jurado “pueden si quieren considerar pruebas de una guerra de drogas” y cualquier otra que estimen necesaria.
El jurado también quería saber si la efedrina es considerada una metanfetamina -es un componente-, sin embargo el juez Cogan no respondió y les dijo que estudiaran lo que se ha dicho en el juicio al respecto.
Los miembros del jurado también pidieron una copia del veredicto para cada jurado, lo que el juez Cogan sí les concedió, además de que preguntaron cuándo recibirán las pruebas fotográficas, a lo que el magistrado respondió que pronto.
Por su parte, el Chapo, llegó a la sala 8D vestido de traje oscuro, camisa gris y corbata, mientras que su esposa, Emma Coronel Aispuro, llegó a la Corte Federal en la tarde, vistiendo una chaqueta de paño negro, botas de plataforma de gamuza negra y una bufanda color mostaza.
Al entrar a la sala 8D de la Corte Federal, saludó con un fuerte abrazo a sus tres abogados: Jeffrey Lichtman, Eduardo Balarezo y William Púrpura, sabiendo que era la última jornada de un proceso que se remonta a hace más de dos años, cuando fue extraditado.
El capo sinaloense miró constantemente al jurado popular, muy atento a todo el procedimiento y comentando con sus abogados todo lo que se decía, como si necesitara aclaraciones sobre qué iba a pasar y cuáles son los siguientes pasos.
Después de que el jurado fuera enviado a deliberar, apareció en la sala 8D de la Corte Federal, el fiscal general interino de Estados Unidos, Matthew Whitaker, quien saludó uno por uno a los fiscales que estuvieron encargados del caso.
Al ser preguntado si estaba contento por el equipo del gobierno, Whitaker respondió con un escueto “sí”. Mientras tanto el Chapo se retiraba a las celdas del edificio de la Corte Federal, donde esperó a que los miembros jurado popular deliberan.
Durante sus alegatos finales, el abogado defensor, Jeffrey Lichtman, pidió al jurado no condenar al acusado en base a “mentiras” de testigos cooperantes que son “basura”. También aseguró que todo el proceso es una “farsa”, ya que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa es Ismael Zambada García, alias el Mayo, quien nunca pasó un día en la cárcel.
Por su parte, la Fiscalía solicitó al los miembros del jurado que no permita que el acusado vuelva a escapar. “No lo dejen escapar de su responsabilidad […] ¡Hállenlo culpable de todos los cargos!”, pidió la fiscal Andrea Goldbarg.
Durante el juicio, el gobierno presentó a 56 testigos y supuestas pruebas de la culpabilidad del capo sinaloense, incluidas llamadas telefónicas entre el Chapo y sus socios -que fueron interceptadas-, así coml conversaciones con Guzmán Loera grabadas a escondidas.