“Pedro Valtierra” es el título editado en 2018 por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura federal, donde documenta los conflictos de Nicaragua en 1979 y Chiapas en 1994. “Hay que contar la historia de la violencia; pasó con Calderón y lo contamos, pasó con Peña Nieto y lo contamos. Si ahora la violencia sigue, aunque no se le llame guerra, el conflicto, pues habrá que contarlo”, expresó a ZETA el fundador de Cuartoscuro
Contar la historia de la violencia desde todos los ángulos, incluida la cotidianidad de la gente en medio del conflicto, ha sido una tarea de toda la vida del reconocido fotógrafo Pedro Valtierra.
Bajo la edición de Pablo Ortiz Monasterio, es precisamente en el título “Pedro Valtierra”, publicado por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura federal, donde el director fundador de Cuartoscuro narra a través de 36 icónicas imágenes la revolución sandinista en Nicaragua desde 1979 y el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de Chiapas en 1994.
“Trabajamos con Pablo Ortiz Monasterio el concepto, la idea de publicar las imágenes más interesantes de los fotógrafos; me invitó para hacer este libro con fotografías de temas de conflicto. Hay fotos desde 1979 de Nicaragua, muchas de estas fotografías no han sido publicadas”, expresó a ZETA el fotoperiodista.
DESDE NICARAGUA
Pedro Valtierra (29 de junio de 1955, Fresnillo, Zacatecas) llega al periodismo en un momento crucial. Recientemente había sucedido el golpe del gobierno mexicano al diario Excélsior que dirigía Julio Scherer y la posterior fundación de Proceso (6 de noviembre de 1976) y Unomásuno (14 de noviembre de 1977).
“En octubre de 1978 entré a Unomásuno, que nace el 14 de noviembre del 77. Yo entro once meses después de fundado Unomásuno, me llaman por una foto que tomo. Yo estaba haciendo fotografía de policía, tuve suerte de hacer fotos que valían la pena; hay una foto famosa de esa época de unos machetes cuando mataron a Flores Muñoz, yo tomé una foto. A Manuel Becerra Acosta me dicen que le gustó mucho y Christa Cowrie, que era la jefa, me llamó para que me integrara a trabajar a Unomásuno. Yo quería trabajar en Unomásuno, era un periódico nuevo, de jóvenes, que estaba cubriendo la guerra en Nicaragua, yo quería estar ahí; me llaman, me invitan y me voy a trabajar en 78 hasta 84”.
— ¿Qué le interesaba registrar en Nicaragua durante la revolución sandinista?
“Yo como periodista de Unomásuno, con la encomienda de hacer un reportaje de lo que estaba pasando, quería retratar los hechos noticiosos, el ambiente que había en la guerra en Nicaragua, eso es lo que yo quería contar, tanto de parte del gobierno que estaba encabezado por el Presidente Somoza (entre 1967 y 1972; 1974 y 1979) como por parte de los guerrilleros.
“En ese tiempo había un momento en general en México y en el mundo de dar seguimiento al tema de Nicaragua, había una revolución contra un dictador; entonces, yo como joven -tenía 23 años- quería, en mi calidad de periodista, hacer ese registro, contar la historia de la guerra de Nicaragua, que no era fácil, no era cosa sencilla trabajar en una guerra, solo.
“Yo estaba con un reportero, primero con Jaime Avilés, luego con Carmen Lira, contar la historia ahí, coordinarte con los reporteros para que fotos no les falten; los periodistas normalmente estamos sobre la nota, salvo que hagas reportaje ya le das otro sentido, pero vas sobre la nota.
“Me interesaba básicamente la gente, hacerles fotos a los soldados estaba bien, resultaba interesante, o a los guerrilleros, pero algo que me ha llamado la atención siempre en este tipo de conflictos es la gente, los señores, las mujeres, los niños. En esa cotidianidad se rescata también el dolor, por eso es que yo me enfoco mucho más a retratar a los civiles.
“A lo largo de mi trabajo siempre ha sido poner más énfasis en la gente, retratar el conflicto en general, pero sabes que la gente es parte importante de todo un conflicto; el civil es el que más sufre, incluso en algunos casos los civiles son los que más mueren. Siempre he estado mucho más cerca de la gente, de los sujetos que participan en el conflicto”.
“LA IMPORTANCIA QUE TIENE GUARDAR LAS FOTOGRAFÍAS”
En “Pedro Valtierra” (13.5×16.6 centímetros), pueden apreciarse icónicas fotografías tanto de la revolución sandinista de Nicaragua como del movimiento del EZLN en Chiapas. Algunas han sido publicadas, pero otras son inéditas desde finales de la década de los 70.
— ¿Dónde tenía todo el material fotográfico, considerando que en 1979 la fotografía era análoga?
“Yo tengo todos mis negativos, empecé a los 23 años en Unomásuno a trabajar como fotógrafo; luego me hicieron socio de la cooperativa. En todos los periódicos del mundo los negativos se quedan en el periódico, así es, no tiene nada que ver con derechos de autor; el derecho de autor es que te den siempre el crédito, yo tenía una cámara que tomaba mis fotos para mí, una cámara mía, tomaba mis rollos.
“En Unomásuno se dio un caso muy particular: cuando se da la crisis, siendo yo socio de la cooperativa, me dicen que quieren comprar mis acciones, como le hicieron a todos los que habían salido, entonces vendí mis acciones y a cambio me dieron mis negativos, pude sacar gran parte de mis negativos.
“En mi archivo tengo más de 350 mil fotografías, todos los temas fuertes los tengo yo; si yo los hubiera dejado en el archivo de Unomásuno, como fue el caso de la mayor parte de los fotógrafos, yo no existiría. Entonces, no es suficiente tomar las fotos, es necesario guardar los negativos.
“En los periódicos hay una enorme irresponsabilidad -lo digo con respeto a los periodistas-, respecto de sus trabajos, Excélsior tiene miles y miles de fotografías de la historia del país, están guardados o perdidos esos negativos. ¿Cuál es mi mérito? Haber valorado la importancia que tiene guardar las fotografías”, expuso Pedro Valtierra.
APUNTES PARA UNA BUENA FOTO
Las imágenes cotidianas entre los conflictos narrados por Valtierra sintetizan la excepcional biografía del fotógrafo, pero la visión del maestro de la lente en México va más allá de estar en el momento preciso con la cámara adecuada, por eso había que preguntarle:
— Más allá de los aspectos técnicos, ¿qué debe tener una buena foto al registrar un conflicto?
“Esa es una pregunta que siempre los fotógrafos nos hacemos, por lo menos yo me la hago con mucho frecuencia, ¿qué es una buena foto? Te puedo decir que quizás es muy complejo y muy amplio. Una buena foto es aquella que tiene los elementos claros, precisos del conflicto, que te refleja el conflicto, que te cuenta el tema, la historia que estás narrando; para lograr una buena fotografía se requiere tener paciencia, conocimiento y mucho respeto a los personajes fotografiados”.
— ¿Cuál es el principal error que se comete como fotógrafo al registrar algún acontecimiento de conflicto?
“Uno de los errores principales que se cometen es no voltear a mirar a los que participan en el conflicto, es no ver a la gente, a la sociedad civil, poner demasiado énfasis en el conflicto o a los personajes del conflicto mismo, y bueno, los fotógrafos tendemos a dramatizar o a poner demasiado énfasis en los personajes principales y de pronto olvidamos a la gente que está sufriendo las consecuencias de la guerra.
“Con mucho respeto a todos mis compañeros, pero para mí siempre ha sido importante contar también lo que la gente está viviendo al otro lado del conflicto o frente al conflicto, esa parte para mí es fundamental; y creo que de alguna manera te humaniza más el conflicto, se le da nombre, se le da presencia; a mí siempre eso es lo que ha llamado la atención.
“Uno de los errores generalizados de la fotografía y conflicto es precisamente que nos vamos sobre el drama, lo más fuerte, para cautivar la atención, por eso estamos de pronto tan acostumbrados a ver ese tipo de imágenes y, cuando no hay fotos, cuando no hay conflicto, algunos periodistas dicen que ‘no hay foto’ porque no saben encontrar en la paz, en la tranquilidad o en la gente, imágenes que nos hablen del drama, de la historia”.
“HAY QUE CONTAR LA HISTORIA DE LA VIOLENCIA”
El maestro Pedro Valtierra ha sido entrevistado por ZETA en diversos momentos históricos de México, incluidos los tiempos álgidos de violencia tanto del sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) como de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
“Creo que el futuro del periodismo en México está en riesgo, por lo que pasa en Guerrero, en Tamaulipas, y me da miedo qué va a pasar. Pienso a largo plazo: nos vamos a quedar sin contar la historia del país”, expresó Valtierra en el sexenio de Peña Nieto, por eso ahora, en la gestión de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), había que cuestionarle:
— Considerando los conflictos armados de los diversos cárteles y la declaración del Presidente López Obrador (30 de enero de 2019), “ya no hay guerra contra el narcotráfico”, ¿cuál es el desafío actual del fotoperiodismo en México, a diferencia de los sexenios anteriores?
“Nunca estuve de acuerdo con el significado de guerra, porque no era propiamente una guerra clásica, era una guerra estúpida; creo que el conflicto con los grupos criminales no se puede acabar de un momento a otro, es un conflicto real, ahí están las cifras, ahí están los muertos, ahí los enfrentamientos, ahí están los helicópteros caídos, ahí están las emboscadas, ahí está todo el asunto.
“La guerra no se puede acabar porque el Presidente dice -conste que no estoy de acuerdo con la palabra guerra-, el conflicto no se puede acabar de la noche a la mañana; todos queremos paz, ¿hay que aplicar la ley?, pues sí.
“La historia de este país no se puede borrar de un plumazo, a lo mejor sí podemos decir que no hay una guerra clásica, pero sí un conflicto que muchos llamaron guerra. Yo quisiera que no hubiera guerra, que no hubiera conflictos, me llama la atención su declaración; entiendo lo que quiere decir, quiere acabar con todo este conflicto y cómo se le ha llevado, tiene razón en algunas cosas. Cuando había estas presentaciones y estos operativos que nos costaban mucho dinero, aquellas producciones de la Policía Federal con Genaro García Luna, nos acostumbramos, los medios fuimos objeto de esa parte, pero bueno, hay que pensar, hay que ver qué es lo que va a pasar.
“De todas maneras nuestra tarea es contar la historia, ojalá y esas palabras que dijo el Presidente se cumplan, ojalá y no haya más muertos, pero como el periodismo no se hizo solamente para contar cosas feas o bonitas, sino contar lo que pasa, el periodismo es el espejo de lo que ocurre; espero que no haya intención de censura”.
Hacia el desenlace de la entrevista con ZETA, Pedro Valtierra sentenció: “¿Cuál es el futuro, cuál es la perspectiva del periodismo? Creo que el periodismo va a seguir perdiendo en esa circunstancia, sobre todo los periodistas, hay que contar la historia de la violencia; pasó con Calderón y lo contamos, pasó con Peña Nieto y lo contamos. Si ahora la violencia sigue, aunque no se le llame guerra, el conflicto pues habrá que contarlo, seguir diciendo lo que pasa sin arriesgar tu vida, teniendo el cuidado para no perder la vida”.