La Corte del Distrito Este de Nueva York quitó los sellos a documentos cuyas 75 cuartillas fueron publicadas la madrugada de este sábado por petición expresa del diario The New York Times, con detalles que la Fiscalía quería mantener ocultos y que el juez Brian M. Cogan prohibió que fueran revelados durante el juicio que se lleva a cabo contra el capo sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias el Chapo.
Los documentos que se publicaron este día describen una serie de revelaciones sobre los testigos que, a pedido de la Fiscalía neoyorquina, fueron excluidos de ser mencionados durante el juicio, debido a que dichas revelaciones podían manchar la credibilidad de los testigos ante el jurado y porque no estaban relacionadas con los delitos por los que se enjuicia al capo sinaloense.
Entre los documentos desellados se encuentra la declaración de uno los testigos cooperantes a la Fiscalía de Estados Unidos, en el cual detalló que una mujer conocida como “Comadre María” regularmente enviaba al ex líder del Cártel de Sinaloa fotografías de mujeres menores de edad, luego pagaba por las niñas -algunas de 13 años-, a las que después drogaba y violaba, porque “le daban vida”.
“Por aproximadamente 5 mil dólares, el acusado o alguno de sus asociados podía hacer que llevaran a la niña de su elección a su rancho para tener relaciones sexuales […] El testigo cooperante uno se sirvió de este servicio en tres a cuatro ocasiones con niñas de hasta 15 años, y presenció cómo el acusado hizo lo mismo en múltiples ocasiones con niñas de tan sólo 13 años de edad”, se lee en uno de los documentos desellados por la Corte Federal de Brooklyn.
El testigo cooperante aseguró que ayudó a Guzmán Loera a echar una sustancia en polvo en las bebidas de las menores, con lo cual las drogaba para después violarlas. “El acusado calificó de ‘vitaminas’ a la más joven de las niñas porque creía que la actividad sexual con las niñas le daba ‘vida’”, añadió.
En otro de los documentos consta que el Chapo violó a una testigo colaborador y que, a partir de ese momento, comenzó una relación romántica con ella y la incorporó a su empresa criminal. Se deduce que la víctima habría sido Lucero Guadalupe Sánchez López -originaria de Cosalá, Sinaloa, y ex diputada local en dicha entidad-, ya que fue la única mujer que testificó en el juicio contra el capo.
Los documentos habían sido sellados a petición de la Fiscalía porque, por ejemplo, en el caso de la violación de menores de edad, el Gobierno estadounidense argumentó que el testimonio no tiene relación con el tráfico de drogas y que dichas acciones nunca fueron procesadas en un juzgado.
Sobre la violación de la testigo -quien podría ser la ex diputada local sinaloense por el Partido Acción Nacional (PAN)-, la Corte Federal neoyorquina prohibió mencionar el tema porque podría mostrar parcialidad por su parte al momento de testificar.
El testimonio de Sánchez López, durante el juicio, explicó la relación de amor y negocios entre ambos, y fue protagonista de uno de los momentos más emocionales del proceso judicial cuando, tras un receso, no pudo aguantar la presión y comenzó a llorar, por lo que el juez tuvo que pausar el juicio.
Los actos pederastas y de prostitución del Chapo habrían salido de la confesión del denominado testigo cooperante 1, identificado como el narcotraficante colombiano Alexander Cifuentes Villa, quien fuera “mano derecha e izquierda” del capo de 2007 a 2008 y que vivió en la sierra de Sinaloa con el ex líder del Cártel de Sinaloa en dicho periodo.
Otros documentos desellados por el Tribunal Federal estadounidense exponen actos de violencia doméstica por parte de varios testigos; cómo uno atropelló y asesinó a una niña de 10 años, o cómo uno creía en extraterrestres y médicos brujos. Un documento revela que al menos una vez, el Chapo consultó a un chamán a quien compró aceite de serpiente.
También describen la mala conducta de algunos agentes federales de Estados Unidos que testificaron contra Guzmán Loera, por ejemplo, un agente de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), quien fue suspendido 45 días por acudir a trabajo bajo la influencia del alcohol y por llevar su arma en un país extranjero sin autorización.
A través de un comunicado, los abogados de Guzmán Loera criticaron que el material “extremadamente salaz” fuera publicado justo antes del inicio de la deliberación del jurado. “Joaquín niega las acusaciones, las cuales carecen de corroboración y fueron consideradas demasiado perjudiciales y poco confiables para ser admitidas en la Corte”, señaló el documento firmado por Eduardo Balarezo.
