Seis años después, el medio digital La Silla Rota difundió una serie de grabaciones realizadas el 26 de febrero del 2013, del momento exacto en que Esther Gordillo Morales, fue detenida por elementos de la Policía Federal, Ejército Mexicano y de la Procuraduría General de la República (PGR), en el Aeropuerto Internacional de Toluca.
Gordillo Morales se encontraba en una aeronave propiedad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), modelo Cessna 560 Citation Encore, con matrícula XA-UEF, cuyo valor comercial en 2013 es de 3.9 millones de dólares.
La maestra fue detenida por elementos que portaban pasamontañas, y, tras ellos, se presentó un representante del Ministerio Público Federal quien le leyó sus derechos y le informó sobre su detención, acusada de delincuencia organizada y lavado de dinero por mil 978 millones de pesos.
Gordillo Morales, vestida con unos pants negros y una sudadera del mismo color que al frente ostentaba el diseño de un corazón formado por estrellas y la leyenda “Love struck” (enamorada), respondió diciendo: “Deben estar tranquilos, les aseguro que no les daré ningún problema, soy una señora, he estado enferma, y espero respeto de su parte, les pido que estén tranquilos”.
En los videos, la ex dirigente del SNTE, visiblemente nerviosa, pidió a los agentes de la PGR y del Ministerio Público Federal, permiso para ir al baño, lo que en un inicio no le conceden, ya que le dicen que podrá hacerlo “a donde va a pasar”.
“Permítame de favor ir al baño, creo que es un derecho humano. No voy a hacer nada […] Lo único que le pido es que no olvide que soy una señora, sé respetar la ley, no estoy asustada, no voy a hacer nada porque no tengo delito”, se escucha decir a Gordillo Morales en los videos que duran casi 20 minutos.
Momentos después los elementos de la PGR bajaron a la maestra del avión privado que la trasladó desde San Diego, California, Estados Unidos, a la capital mexiquense, la subieron una camioneta pick up, que la llevó a una aeronave de la Secretaría de Marina (Semar) lista para viajar a la Ciudad de México, donde en un inicio fue recluida en el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla.
“¿Cuál es la necesidad de esto? ¡Qué barbaridad!”, se escucha decir a Gordillo Morales, quien después señaló que ella tenía el derecho de que le avisaran a su familia, porque no quería que se fueran “a asustar”, para lo que pidió un teléfono celular y poder enviar mensaje a una de sus hijas.
Más tarde, advirtió a los agentes de la PGR que ella no se haría responsable de lo que pudiera suceder si los maestros que se reunirían en Jalisco, para el 36 Consejo General Extraordinario del SNTE, se enteraban de lo que había pasado. “Por ello, quería decirles que estuvieran tranquilos, no por mí, yo estoy en paz, estoy tranquila, voy a donde quieran. Yo sé quién soy, pero cuidado […] Por fortuna soy maestra”.
“Si esto lo manejan de una manera equivoca mediáticamente, de veras va a ser terrible. Por favor sean prudentes, es todo lo que digo. Yo aquí estoy, punto. Pero, esto es un error, yo decentemente comuniqué que venía, a qué venía y punto”, se escucha decir a Gordillo Morales en uno de los videos.
Sentada ya en el avión que la trasladaría al hangar de la PGR en la capital de la República, la exdirigente del SNTE, quien tenía puesto un antifaz, murmura para sí misma. Ese mismo día, la maestra tenía agendada una cena con los entonces secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso.
Cuando la dirigente magisterial ya iba camino a prisión, en el propio hangar de la PGR inició una conferencia de prensa bajo la conducción inicial del entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quien informó de la detención de Gordillo Morales y de tres de sus colaboradores.
El lunes 20 de agosto del 2018, justo al arranque del Ciclo Escolar 2018–2019, Gordillo Morales ofreció una conferencia de prensa, en la que dijo fue víctima de “una persecución política y acoso en su contra”, pero que, sin embargo, recuperó su libertad y la reforma educativa que promulgó Enrique Peña Nieto -al que nunca mencionó por su nombre- “se ha derrumbado”.
La ex secretaria general del SNTE abundó que fue blanco de “acusaciones falsas para hacerme ver culpable de un delito que no cometí […] Soy inocente y doy a conocer a ustedes lo que justifica judicialmente el acuerdo”, dijo, para luego levantar un documento.
Era el expediente 156/2018, que el magistrado Miguel Ángel Aguilar López, del Primer Tribunal Unitario del Primer Circuito en Materia Penal de la Ciudad de México, sobreseyó el pasado 7 de agosto del 2018, tras permanecer 5 años y 6 meses en prisión, acusada de delincuencia organizada y lavado de dinero por mil 978 millones de pesos.
Gordillo Morales fue secretaria general del SNTE del 24 de abril de 1989 hasta el 26 de febrero de 2013. Aunque siempre lo negó, también dirigió de facto el Partido Nueva Alianza (Panal), fundado por ella. Asimismo, fungió como la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, del 2002 al 2005, junto a Roberto Madrazo Pintado, quien era el presidente.
Luego contendió por la presidencia nacional de dicho partido, en las elecciones internas celebradas después de que el tabasqueño perdiera en los comicios por la Presidencia de México, en 2006. Tras su derrota, la maestra renunció a su cargo como secretaría general y denunció a Madrazo Pintado de haberse apoderado del partido y de intentar asesinarla.
El 13 de julio de ese año, la Comisión de Justicia Partidaria piista expulsó a Gordillo Morales, tras acusarla de hacer política dentro de un partido diferente al que militaba: el recién constituido partido Nueva Alianza.
Pese a la gravedad de los delitos, en los hechos Gordillo Morales nunca estuvo en una celda, porque fue internada en una habitación de la Torre Médica del Reclusorio Femenil de Tepepan, en la Ciudad de México, para atenderse de sus padecimientos de salud, entre ellos hepatitis C, tener un sólo riñón e hipertensión.
El entonces titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, dijo que la entonces lideresa sindical realizó operaciones de desvío de recursos, que superaban los 2 mil millones de pesos, presuntamente de las cuotas que pagaban los docentes a su organización gremial.
Dichos recursos, señaló el entonces procurador, se emplearon para pagar cirugías, mantenimiento de aeronaves, entrenamiento de pilotos, pagos de tarjetas de crédito y compras en una tienda de artículos de lujo de Estados Unidos.
“De 2008 al 2011 se desviaron sistemáticamente recursos de las cuentas de los trabajadores de la educación, a cuentas de personas físicas que, posteriormente, fueron retiradas mediante cheques de caja y transferencias, triangulando recursos a cuentas de personas físicas y morales nacionales y extranjeras”, indicó Murillo Karam.