Adolfo López Núñez fue asesinado ayer domingo, alrededor de las 18:00 horas, cuando la víctima se encontraba en su domicilio particular, ubicado en la colonia Girasoles, sindicatura de Quilá, en Culiacán, Sinaloa, según reportes de medios locales.
Los presuntos homicidas viajaban en al menos tres vehículos que utilizaron para escapar luego de disparar en diversas ocasiones con armas de grueso calibre en contra de López Núñez, de 53 años de edad, quien se encontraba al interior de su casa.
Sin embargo, la Fiscalía sinaloense descartó que el hombre asesinado estuviera ligado a una actividad criminal en este momento, o que tuviera un historial delictivo.
La víctima era hermano de Dámaso López Núñez, alias el Licenciado, quien el pasado 22 de enero testificó en el juicio contra su ex patrón y luego ex socio, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el Chapo, que se llevó a cabo en la Corte del Distrito Este de Nueva York, en Estados Unidos, país al que ambos ex integrantes del Cártel de Sinaloa fueron extraditados para ser juzgados por delitos relacionados con el narcotráfico.
El Licenciado -penúltimo testigo colaborador de la Fiscalía- dijo al jurado que conoció al Chapo en 1999, cuando era subdirector de Seguridad y Custodia del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 2 de Occidente, ubicado en El Salto, estado de Jalisco, prisión de máxima seguridad en la cual Guzmán Loera cumplía una condena, luego de su arresto en 1993.
Tal como lo señaló Alan Feuer -corresponsal del diario The New York Times-, se ha rumoreado de forma insistente que el Licenciado fue cooptado para operar la primera fuga de Guzmán Loera, que sucedió el 19 de enero de 2001, con el capo oculto en la parte inferior de un carrito de lavandería.
Sin embargo, López Núñez -de casi 53 años de edad- desmintió esta versión. Pero aseguró que sí ayudó al Chapo o a la segunda esposa del capo, Griselda López Pérez -madre de cuatro de los hijos de Guzmán Loera- a conseguir teléfonos o ropa ilegales en la prisión de máxima seguridad, también conocida como Puente Grande.
A cambio de éstos y otros favores, el Chapo le pagaba, le compró una casa y cubrió los gastos del cuidado médico de un hijo del Licenciado que se accidentó.
“Después de abandonar la prisión en 2000, después de una investigación de corrupción, Dámaso fue a trabajar para el Chapo primero como una especie de corredor de bienes raíces, consiguiendo ranchos y casas para el capo [para rentar durante dos o tres años]. Más tarde, como un tipo de relaciones con el gobierno. Es decir: ‘el gobierno nos daría información cuando se trataba de operaciones’”, indicó el Licenciado.
“Oímos la historia familiar de la fuga 2001. Cómo un nombre de guardia, Chito [empleado de la lavandería que sacó al capo en el carrito de ropa y lo llevó en su cajuela hasta el exterior del penal] fue el único que ayudó al Chapo. Cómo el Chapo había decidido escapar casi espontáneamente después de que él supiera que había una orden de la extradición del exterior contra él”, abundó el reportero del NYT.
En ese entonces, el Chapo le mandó a el Licenciado entre cinco y seis peticiones escritas de su puño y letra, firmadas –como indicaban las reglas del penal de máxima seguridad— para pedirle “dotación de calzado y cambios de ropa”. Después se reunieron porque Guzmán Loera le pidió ayuda para que entrara “una de sus señoras, Griselda”, ya que otra de sus esposas, Alejandrina Salazar Hernández, estaba dada de alta ante el consejo técnico del penal.
Además, Guzmán Loera también le pidió ayuda a López Núñez -originario de Portacelis, de la sindicatura Eldorado, municipio de Culiacán- para que a Puente Grande pudiera ingresar su hermano Arturo, alias el Pollo, y Marcelo Peña, ex cuñado del Chapo. Un año, siete meses después, en 2000, ante una investigación por corrupción del Gobierno Federal, el Licenciado renunció.
El ex funcionario penitenciario se quedó sin trabajo hasta 2001, cuando se reunió con el Chapo después de su fuga en la sierra de Nayarit. Guzmán Loera quería ayudar a los guardias que habían metido a la cárcel por su fuga. ‘Entre 50 y 70. Eran varios. Él sentía compromiso moral de ayudarlos y con sus abogados los ayudaba’”, detalló López Núñez.
El Licenciado fue condenado el pasado 30 de noviembre del 2018, a cadena perpetua, por el juez Thomas Selby Ellis III, de la Corte Federal del Distrito Este de Virginia -en la ciudad de Alexandria, a las afueras de Washington-, tras declararse culpable el pasado 28 de septiembre por el delito de narcotráfico que le imputaba la Fiscalía de Estados Unidos.
Aunque evitó ir a juicio, el Licenciado pasará el resto de su vida en prisión, además de que perderá 25 millones de dólares que le serán embargados por el Gobierno de Estados Unidos, tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía estadounidense de declararse culpable del delito de traficar más de 5 kilogramos de cocaína entre 2003 y 2016.
López Núñez fue detenido, en mayo de 2017, en la colonia Anzures, de la delegación Miguel Hidalgo, en la capital de la República. Al momento de su captura, contaba con una orden de detención provisional con fines de extradición a Estados Unidos, expedida por el Juzgado Noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México, por delitos contra la salud y lavado de dinero.
El Licenciado fue recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 9, en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde permaneció preso hasta la madrugada del 6 de julio del 2018, cuando fue extraditado a los Estados Unidos.
El miércoles 26 de julio del 2017, Dámaso López Serrano, alias Mini Lic, se entregó a agentes de la Administración Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), en el cruce fronterizo de Calexico, California.
Después, el 18 de agosto del 2017, Álvaro López Núñez, otro hermano del Licenciado, fue arrestado por agentes de la DEA en la garita migratoria de Nogales, Sonora, cuando pretendía ingresar a Arizona, en Estados Unidos.
Luego, el 1 de septiembre del año pasado, Álvaro López Núñez se presentó en la Corte de Distrito de San Diego, en donde se le fincan cargos por el tráfico de cientos de kilogramos de cocaína para el Cártel de Sinaloa. Allí, el sinaloense pidió asilo al Gobierno estadounidense, porque “su familia está siendo cazada y asesinada”, según lo apuntó su defensor público.
El 22 de junio del 2017, fue encontrado el cuerpo sin vida de Luis Fernando Gaxiola Noriega, luego de haber sido plagiado. Era cuñado del Licenciado, además de miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Asimismo, fungió como ex regidor de 2014 a 2016 en Culiacán y fue ex síndico municipal de Eldorado, en el período del 2011 al 2014.
En mayo del año pasado, el diario Milenio, basado en fuentes del Gobierno Federal, aseguró que López Núñez está dispuesto a llegar a un “acuerdo” con Estados Unidos para que se le extraditara “lo más pronto posible” a dicho país, debido a que tiene “temor” de ser asesinado en prisión en México.
Según el rotativo, el Licenciado admitió en sus declaraciones ministeriales que sí existía una confrontación entre la facción que él lideraba con su hijo, el Mini Lic, con José Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, los Chapitos, como se conoce al grupo de los hijos del Chapo.
Sin embargo, negó que él o el Mini Lic hayan ordenado un ataque contra Ismael Zambada García, alias el Mayo y los hijos del Chapo, el 4 de febrero el 2017, en Sinaloa. Según las mismas fuentes gubernamentales citadas por Milenio, el Licenciado aseguró que todo fue un “invento”.
Por otra parte, en una entrevista conseguida por el mismo rotativo con el propio López Núñez, éste afirmó que ni él ni su organización estuvieron detrás del secuestro de los dos hijos del Chapo en el restaurante La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco.
Al Licenciado también se le acusa de ser el autor intelectual del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas, corresponsal del diario La Jornada y cofundador del semanario Ríodoce, cuyo homicidio se perpetró el 15 de mayo del año pasado, en calles de Culiacán, Sinaloa.
Sin embargo, el pasado 23 Enero, el Licenciado afirmó que fueron los hijos del Chapo quienes mataron al periodista Javier Valdez Cárdenas porque éste insistió en publicar una entrevista con él, contra su voluntad, según testificó en la Corte del Distrito Este de Nueva York.
Valdez Cárdenas “desobedeció las órdenes amenazantes de los hijos de mi compadre [Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias los Chapitos] y por eso lo mataron”, dijo el Licenciado en la corte, a pocos metros del Chapo.
El periodista sinaloense, especialista en narcotráfico, cofundador del semanario de Ríodoce, colaborador de la agencia AFP y corresponsal del diario La Jornada, fue asesinado a balazos en Culiacán, Sinaloa, el 15 de mayo del 2017.
Valdez Cárdenas fue ejecutado a unas cuadras de las instalaciones del semanario en el que laboraba, cuando fue obligado a bajar del vehículo en el que viajaba, para después recibir 12 impactos de bala.