A Jerez vengo a cantarle
mi más sentida canción,
porque ahí nació mi abuela
en tan hermosa región.
Con su rostro provinciano
se muestra ante todo el mundo,
y con los brazos abiertos
les brinda su amor profundo.
De la Soledad su iglesia
gran orgullo jerezano,
con ese estilo barroco
que para nada es profano.
El Centro de la Cultura
donde se reúnen poetas,
a compartir pensamientos
en diferentes facetas.
En septiembre se recuerda
a Ramón López Velarde,
hijo ilustre y predilecto
del que siempre se hace alarde.
En el Teatro Hinojosa
grandes obras se presentan,
para enriquecer las almas
que del arte se alimentan.
El panteón de Dolores
es un antiguo lugar,
con su bella arquitectura
tan majestuosa y sin par.
A un lado del Jardín Grande
se encuentra la Presidencia,
y si hablase nos contara
de la historia y su existencia.
Las portadas de cantera
de sus puertas y ventanas,
son un sello de linaje
cual benditas filigranas.
Pueblo mágico y hermoso
con sus árboles frutales,
y su ganado bovino
por los caminos reales.
La feria de primavera
es ocasión de alegría,
porque Jerez nos comparte
que es tierra de fantasía.
En la Sierra de Los Cardos
hay bellas artesanías,
y lugares cual pinturas
con sonoras melodías.
La Alameda en el recuerdo
se ha quedado como un mito,
donde los enamorados
hablan de amor infinito.
Ya me despido Jerez
belleza zacatecana,
donde abundan los poetas
de inspiración artesana.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California
(De su libro Amor al Amanecer)