Contrario a la Fiscalía estadounidense, que durante casi tres meses presentó 56 testigos bajo juramento contra Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el equipo de abogados del Chapo -integrado por Jeffrey Lichtman, Eduardo Balarezo y William Púrpura- solo presentó un testigo este martes, por lo que se prevé que el juicio contra el capo sinaloense, que se lleva a cabo en su contra en la Corte del Distrito Este de Nueva York, podría concluir el próximo lunes, a más tardar.
Además de testigos -ex socios, ex amantes, ex empleados, ex enemigos y ex funcionarios públicos-, el Gobierno de EE.UU. presentó videos, grabaciones de audio, mensajes de texto y de mensajería instantánea, además de testimonios de expertos e investigadores de la Agencia Antidrogas y el Buró Federal de Investigaciones (DEA y FBI, respectivamente, por sus siglas en inglés), como pruebas para incriminar al ex líder del Cártel de Sinaloa, que está siendo juzgado por 11 delitos relacionados con el narcotráfico.
Todos ellos expusieron el multimillonario negocio del narcotráfico que lidera el Chapo a través del Cártel de Sinaloa, además de sus amoríos, la presunta complicidad de su esposa, Emma Coronel Aispuro, e incluso detalles explícitos de sus brutales crímenes. De paso, se incriminaron a varios funcionarios y ex funcionarios -entre ellos los expresidentes mexicanos Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa- quienes supuestamente habrían recibido sobornos o en la nómina del capo sinaloense y de otras organizaciones criminales.
Sin embargo, después de 10 semanas del llamado “Juicio del Siglo”, la defensa del Chapo apenas tomó media hora. El único testigo llamado por los abogados del capo, fue el agente especial del FBI, Paul Roberts, que entrevistó en febrero del 2017 al narcotraficante colombiano Jorge Milton Cifuentes Villa, un proveedor de cocaína de Guzmán Loera, encarcelado en Estados Unidos y que también declaró contra el sinaloense en su juicio.
Roberts tomó notas a mano de su entrevista con Cifuentes Villa, mismas que indican que éste le dijo que un supuesto oficial de inteligencia de la Marina estadounidense “corrupto”, le mostró en 2010 una llave USB con evidencias de una investigación estadounidense contra el Chapo y la familia de narcos colombiana.
En un intento por socavar la credibilidad de Cifuentes Villa, Jeffrey Lichtman sugirió que el narcotraficante colombiano usó lo que vio en esa llave USB para contar al gobierno estadounidense lo que éste quería saber sobre el Chapo. Según la agencia AFP, el agente del FBI “parecía nervioso, y su voz temblaba un poco”, y no obstante de que había sido llamado por la defensa, el abogado del sinaloense fue agresivo, como si estuviera contrainterrogando a un testigo de la Fiscalía.
“Le recuerdo que este es su testigo”, dijo el juez Brian Cogan a Lichtman. “No discuta con él”.
Sin embargo, el Gobierno estadounidense argumentó que el supuesto oficial de la Marina era colombiano -como había indicado Cifuentes Villa en una entrevista anterior con otros agentes del FBI- y que Roberts cometió un error al anotar su nacionalidad, o fue un error del traductor, o del propio narcotraficante sudamericano.
Tras interrogar brevemente al agente especial del FBI, el equipo defensor de Guzmán Loera sorprendió a la audiencia del juicio anunciando que terminaba con su presentación de pruebas y llamadas a testigos. El juez Cogan dijo entonces que va a iniciar el proceso técnico de revisar la presentación de cargos junto a la Fiscalía y los abogados, sin el jurado presente en la sala 8D de la Corte Federal.
Siguiendo el consejo de sus abogados, el Chapo, de 61 años de edad, declinó ser testigo en su propio juicio. Ante este escenario los argumentos de cierre del gobierno comenzarán este miércoles, y seguirán los de la defensa el jueves. El jurado podría comenzar a deliberar desde el próximo viernes o a más tardar el lunes.
Los abogados del Chapo afirman que su cliente fue víctima de una traición de su exsocio y colíder del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada García, alias el Mayo, en colusión con funcionarios mexicanos corruptos, y de una conspiración entre los gobiernos de Estados Unidos y México para encubrir corrupción. La Fiscalía estadounidense asegura que eso es falso y además “totalmente irrelevante para la culpabilidad del acusado”.
El Gobierno de EE.UU asegura que el Chapo era el jefe de un imperio criminal que traficó toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos a lo largo de 25 años, con ganancias de 4 mil millones de dólares, producto de sus negocios ilícitos. Si es hallado culpable de los 11 cargos relacionados con el narcotráfico de los que es acusado, Guzmán Loera puede ser condenado a cadena perpetua.