Fernando Ruiz Aldana
Líder del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión STIRTT, Sección Tijuana
Las cosas hay que decirlas y tener el valor de señalarlas, nadie nunca se arrepiente de ser valiente. Me da pena propia y vergüenza que cuando un compañero eventual solicita el auxilio y protección del Sindicato de Radio, tajantemente respondes que defenderás únicamente a quienes tienen base.
Permíteme recordarte que en apego a los Estatutos que rigen a STIRTT, estás obligado a defender los intereses de todos y cada uno de quienes integran la planilla, pues entre comillas, eres representante sindical para todos y no para unos cuantos, pero claro, ¿cómo se va a pelear el sindicato de radio con los concesionarios radiodifusores? Esta práctica me parece verdaderamente deshonesta, pues deja en evidencia la actitud sumisa, tibieza, la comparsa y subordinación de los líderes de este gremio que toleran la impunidad y el abuso. Lamento que se haya convertido en un régimen, en una dictadura.
Mi razonamiento es: si el Sindicato de Radio y Televisión no me defiende, me tendré que defender solo, ya que mantienen la postura de que si alguno de los agremiados decide demandar por su cuenta, el sindicato deja de representarlos con amenaza de vetar de la industria a quienes ejerzan acciones legales (sic). Esto lo saben todos, no es un secreto. Los agremiados no reclaman por temor a represalias, a ser congelados, a quedarse sin trabajo, a las prácticas sucias donde quien demanda, gane o pierda, nunca más lo vuelves a ver en la industria de la radio.
Vivimos una lucha invisible, que podría terminar en instancias internacionales para dirimir un conflicto que deriva de la falta de representación sindical. Y te voy a decir algo, mi líder: no te tengo miedo, de todos modos ya me tenías congelado, por eso jugué mi suerte, ya no tenía nada que perder, ya no me quedaba de otra, me cerraste las puertas, me congelaste por la buena, de una manera creativa y tramposa como lo has hecho con muchos. Me engañaste y confié en tu palabra, en espera de la base sindical que nunca llegó, fabricaste un complot para excluirme, atendiendo a caprichos y abusos, acoso laboral y discriminación por parte de Antonio Zermeño Naranjo, también conocido como “El Poni” Tijuana.
Varios ex compañeros sufrieron situaciones similares, fue más práctico sacar a los compañeros, que marcarle sus altos a Antonio Zermeño, por eso lo zarandearon bien y bonito, esperando que reaccionaras al reclamo ante los medios de comunicación y lo único que dijiste fue, que no le hacías caso a anónimos, que si alguien tenía una queja directa contra “El Poni” lo hiciera de manera directa, que dieran la cara y resulta que quienes lo hicimos recibimos la retórica de siempre, que la defensa sindical era exclusiva para los de base. Muchos dicen que estoy fuera de la industria por enfrentar al autoritarismo despótico que representas, de todos modos ya estaba afuera, ¿acaso esperabas que me quedara con los brazos cruzados? Eso es tanto como recibir golpes sin meter las manos.
Ahora recuerdo las ocasiones en las que cuestionabas a los compañeros sobre qué han hecho por el Sindicato. A Fernando Ruiz le diré que no es nada personal, aquí cada quien hace su parte, aunque ya no será lo mismo para nadie después de dar cuenta a la opinión pública, así que si pierdo ya había perdido, pero si gano, recupero mis derechos. Ya lo dijo Don Benito Juárez, nada por la fuerza, todo por la razón y el Derecho, por eso seguiré hasta el final, lo que deba durar, así me tocó y ni modo.
Y, por cierto, Feliz Navidad y próspero Año Nuevo para todos y cada uno de los compañeros miembros del Sindicato de la Radio y la Televisión, ante la imposibilidad de hacerlo personalmente, ya que no me llegó la invitación a la posada navideña que se celebra cada año. Qué lástima, me hubiera encantado saludarlos en buena lid.
Atentamente,
Omar Ruiz
Tijuana, B.C.