“En la etapa precientífica se forma una teoría de la sociedad basada en la comunidad de bienes, en las oportunidades de trabajo digno para todos y en igual distribución de los productos. La palabra utopía proviene del griego “ού” no, y “τόπος” lugar; que significa “lugar que no existe”.
Thomas Moro, abogado católico, denominó una isla imaginaria en donde se generó una sociedad ideal. Este término se utiliza para caracterizar regímenes sociales inventados e irrealizables.
Para los utopistas debe regir un régimen ideal en el que la propiedad social es su principal característica y sirva de base a otras concepciones socialistas más avanzadas como el materialismo histórico de Marx y Engels, y los estructuralistas como Marta Harnecker.
La tendencia común de estas doctrinas es la reconstrucción social sin tener en cuenta la vida real de la sociedad y la lucha de clases. Los socialistas utópicos eran puramente idealistas; ignoran el papel principal de las condiciones de vida materialista de la sociedad, incluyendo la lucha de clases.
“Pertenecieron a esta corriente de pensamiento Campanella (Siglo XVIII), Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen”.
Nuestro amable lector se preguntará: ¿Por qué traemos a colación un extenso párrafo tomado de Internet? ¿Por qué consideramos que en algunos principios existe coincidencia entre el utopismo y los principios del movimiento Morena? En el cual se fundamenta ideológicamente Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Teóricamente, este movimiento (Morena) “concibe una vocación de servicio, como un trabajo a favor de la colectividad, como una forma de servir a México”. Se cataloga la política como un compromiso con las aspiraciones democráticas y las causas del pueblo mexicano.
Consideran los morenistas que la política hoy está envilecida como instrumento de transformación de los ciudadanos participando en los asuntos públicos.
Morena plantea un cambio democrático, “busca la transformación por la vía electoral y social, supone respetar la libertad de elección, de expresión, de asociación y manifestación”; y todas las modalidades que puede abarcar la libertad, y para eso se requiere la participación democrática del pueblo en la toma de decisiones fundamentales.
Señala Morena, que al hombre “no lo mueve el odio sino el amor al prójimo y a la patria”. “En Morena no hay pensamiento único sino principios democráticos”, dice la declaración de principios de este colectivo, que se trabaja “para que México se consolide como una nación diversa y pluricultural, fundada en la libertad de creencias y de cultos; en la equidad de oportunidades para todos los mexicanos, reduciendo las desigualdades entre los que más tienen y quienes menos poseen”.
Las estrategias de esta organización política y de lucha social, como la consulta ciudadana, la iniciativa popular, el referéndum, el plebiscito y la revocación de mandato, son básicas porque según los morenistas. La organización de los ciudadanos es el único camino para construir una sociedad democrática y minar los abusos de poder.
Teóricamente podemos decir que los ideales aquí expresados por este movimiento político, “son el camino para la concepción de la gobernanza basada en el amor a través de una democracia participativa con objeto de suprimir los abusos de poder”.
En otras palabras, Morena aspira a consagrarse en la búsqueda de un humanismo filosófico y social, sin embargo, los pragmáticos de la política no lo ven así, incluyendo algunos morenistas que por encima del humanismo filosófico, anteponen las ambiciones de poder.
Nos preguntamos llenos de preocupación: ¿Podrá Andrés Manuel frenar las apetencias de muchos de los miembros de su equipo que a lo que aspiran son al ejercicio del poder y los privilegios que con ello conlleva? ¿Podrá frenar sus propios apetitos y abrirse a la voluntad colectiva aún en contra de sus propias aspiraciones, dejando a un lado las poses caudillistas, dictatorial y autoritario, que lo acercan peligrosamente a una tendencia de gobierno populista en contra de lo que opinan varios millones de mexicanos?
¿Podrá abrir la puerta y dar salida a sus propias apetencias políticas y brindar la oportunidad para que grupos de jóvenes se preparen desde ahora para asumir el mando del país con un sentido auténticamente democrático y por encima de las pretensiones de pasar a la historia de México como el hacedor único de la cuarta transformación?
*Fuentes: *https://lopezobrador.org.mx/wp-content/uploads/2013/02/Declaracion-de-Principios-MORENA.pdf
*Utopia. http://www.filosofia.org/enc/ros/soc7.htm)
Arnoldo Castilla es abogado y catedrático de la UABC.