Ciudad de México (Enviado Especial).- Durante su discurso de casi dos horas en el recinto de San Lázaro, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador expresó en su primer mensaje a los mexicanos tras su toma de protesta “estoy preparado para no fallarle a mi pueblo… no tengo derecho a fallar, nada material me interesa ni me importa, trabajaré sin odios”.
A las 11:05 de la mañana, alrededor de 20 minutos después del arribo del presidente saliente Enrique Peña Nieto, López Obrador llegó a la Cámara de Diputados a bordo de su vehículo Jetta blanco y al lado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller.
Mientras al ex presidente del PRI un grupo de manifestantes que se encontraban del otro lado del camellón detrás de vallas, le gritó “asesino”, “ratero” y “fuera” desde que bajó de su camioneta y mientras caminó hacia el vestíbulo del Palacio Legislativo, el primer presidente emanado de Morena fue recibido con aplausos, gritos y los coros de “es un honor estar con Obrador”.
Peña Nieto fue recibido por una comitiva de disputados, entre quién se encontraba el legislador del PT, Gerardo Fernández Noroña, uno de sus más severos críticos durante su administración.
Por su parte, una vez dentro del recinto legislativo, Andrés Manuel se tomó el tiempo para saludar a legisladores e invitados especiales hasta que llegó a la tribuna en donde el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo le entregó la banda presidencial que portaba Peña Nieto.
Una vez que hizo uso de la voz, el fundador de Morena inició agradeciendo a Peña Nieto que no haya intervenido en las elecciones presidenciales anteriores como dijo fue el caso de sus antecesores.
Sin embargo, puedo describió el estado del país como víctima del neoliberalismo entre la corrupción y una deuda pública que ha aumentado cada sexenio.
También retomó sus promesas de campaña como reducir el IVA del 16 al 8 por ciento en la franja fronteriza, donde además el salario mínimo se duplicará y se pondrá en marcha una zona libre.
Aseguró “nos vamos a convertir en país modelo y que acabar con la corrupción es posible, y así lo haremos porque construiremos una sociedad más justa, democrática, fraterna y siempre alegre”.
En los momentos más emotivos expresó “empeño mi honor y palabra, gobernaré con entrega total a la causa pública, todo mi tiempo, imaginación y esfuerzo a recoger los sentimientos y a cumplir con las demandas de la gente, sin odios, no haré mal a nadie, respetaré las libertades, apostaré siempre a la reconciliación y la concordia, logremos la cuarta transformación de México”.
No obstante, diputados del PAN y otras fracciones de oposición mostraron pancartas de descontento con la exigencia de que disminuya el IVA y el precio de los combustibles, a lo que el tabasqueño respondió:
“Ahora resulta que los que aumentaron el precio de las gasolinas están pidiendo que baje. Hago el compromiso responsable que pronto, muy pronto, cuando terminemos la refinería que vamos a construir en México y se rehabiliten seis refinerías, va a bajar el precio de la gasolina y de todos los combustibles”.
Aunque también hubo protestas entre los legisladores por la presencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y abucheos cuando López Obrador manifestó que no habría persecución a políticos de la actual administración, a ello no contestó.
“Nosotros queremos convertir la honestidad y fraternidad en forma de vida y de gobierno”, añadió.
Sobre su proyecto de nación, indicó “iniciamos hoy la cuarta transformación política de México, puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no sólo inicia un nuevo gobierno, inicia un cambio de régimen político. A partir de ahora se llevará a cabo una transformación política y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical. Se acabará con la corrupción y la impunidad que impiden el renacimiento de México”.
Tras su salida de San Lázaro, en medio de cientos de representantes de medios de comunicación y tras acercarse a la gente que lo esperó durante más de tres horas en la calle frente a la Cámara de Diputados, el presidente López Obrador se dirigió a Palacio Nacional, en donde sostendrá una reunión privada con jefes de estado y más tarde enviará un mensaje desde el Zócalo en un evento musical y artístico que incluirá la entrega del bastón de mando de los pueblos originarios.