La licencia como senador de la República le fue concedida el jueves 6 de diciembre de 2018. El fin de semana representará al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la toma de posesión del gobernador de Chiapas, pero el lunes 10 ya estará despachando en Mexicali como delegado federal o coordinador federal del Gobierno de México en Baja California.
Efectivamente, Jaime Bonilla Valdez se convertirá en el primer coordinador federal en Baja California del gobierno que se asume como la Cuarta Transformación del país. Es hombre de todas las confianzas de López Obrador, y con ese carácter llega a coordinar los programas federales en la entidad a partir del lunes 10 de diciembre y hasta que el mandatario nacional lo decida.
Conocedor que sería el elegido para tal encomienda, Bonilla inició con la auscultación local para nombrar jefes, directores, encargados y subdelegados en lo que antes fueron las delegaciones federales en el Estado. Todos le responderán a él, que será el único delegado federal. Una especie de gobierno federal representado en el Estado, en el que los encargados de área, serán prácticamente el gabinete con el cual trabajará.
En su lista, conocida de manera extraoficial y aún no definida hasta que la dé a conocer de manera oficial, hay de todo. Personajes del pasado priista que entregó el gobierno al Partido Acción Nacional aquel 1989 para no recuperarlo jamás. Panistas que fueron opositores a la ideología de AMLO tanto cuando estuvo en el Partido de la Revolución Democrática, como cuando fundó Movimiento Regeneración Nacional. También priistas jóvenes que malograron los gobiernos locales hasta entregárselos también al PAN, y verde-ecologistas advenedizos que tienen la suerte de ser hijos de viejos conocidos del delegado federal. Por supuesto, también personajes de izquierda, amigos y colaboradores de Bonilla.
Empezando por quienes en el pasado tricolor, representaron la corrupción. Están familiares del ex gobernador Xicoténcatl Leyva Mortera, el último mandatario estatal del Partido Revolucionario Institucional en Baja California, exiliado de la política por Carlos Salinas de Gortari y cuyos colaboradores fueron perseguidos y algunos puestos en prisión. Edgardo Leyva Mortera, conocido en aquel entonces como “El Bombi”, y señalado en las páginas de ZETA por Jesús Blancornelas, como protector de narcotraficantes, será -de ratificarse la lista- el encargado de Caminos y Puentes Federales.
Su hijo, no el prófugo Edgardo Leyva, quien apoyó al menor de los Arellano Félix en la compra del yate en el que fueron detenidos en agosto de 2006, sino Rafael Leyva, está siendo considerado nada menos que para ser jefe en la administración de Aduana del Aeropuerto de Tijuana.
A otro priista que vivió recientemente en la ignominia de la corrupción y se salvó de milagro gracias a la impunidad política de un juicio político, Francisco Pérez Tejada Padilla, lo ubicarían en el Indaabin, Instituto que administra los bienes de la nación. Mientras a su hermano, ex diputado por el Partido Verde Ecologista, le darían la Aduana de Mexicali.
Más priistas en el gabinete de Bonilla: el joven regidor e hijo del líder de la Confederación de Trabajadores de México en el Estado, Eligio Valencia López, con estudios sin concluir en Derecho, se encargaría de la institución financiera más grande del gobierno: el Infonavit, en su delegación Baja California. Mientras el ex castrotrentista -al menos así lo presume- Daniel Romero Mejía tendría en sus manos la jefatura de Petróleos Mexicanos. Héctor de la Isla Puga y Antonio Ferret, en las procuradurías federales de Protección al Ambiente y en la del Consumidor, respectivamente.
De manera que sólo la negociación política podría lograrlo, el diputado Alejandro Arregui, priista y ex candidato a senador, sería considerado para la Administración Portuaria Integral en Ensenada. Y Carlos Murguía, también un priista recalcitrante, podría estar a cargo del Servicio de Administración Tributaria.
Dos ex encargados de seguridad, Luis Javier Algorri y Víctor Zatarain, estarían posicionados en el gabinete de Jaime Bonilla. El primero como encargado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; el segundo, de la Procuraduría General de la República en Baja California.
También el regidor Manuel Rodríguez Monarrez, recién convertido morenista, podría tener su premio ante el ideológico cambio de camiseta si le pide -como se piensa- ser el delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Cachorro de don Jesús Ruíz Barraza y aguerrido izquierdista desde hace muchos años, Jesús Alejandro Ruíz Uribe estaría despachando en Sedesol, ahora Secretaría de Bienestar.
Y quien será rescatado del ostracismo político en el cual lo hundió Andrés Manuel López Obrador cuando contribuyó a la aprobación de la Reforma Energética primero y al incremento del IVA después, Marco Antonio Blásquez, sin ser experto en el tema ni tener conocimientos administrativos o médicos, podría convertirse en el encargado del ISSSTE en Baja California.
El ex panista Modesto Ortega Montaño se iría derechito a la jefatura local de la Comisión Federal de electricidad, y el también ex azul, Salvador Morales Riubí, de encargado del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Esos, entre otros nombres que se han barajado en las oficinas del ingeniero Jaime Bonilla Valdez y que podrían confirmarse en los siguientes días como quienes integrarán el gabinete federal en Baja California, para echar a andar los proyectos y programas propuestos por Andrés Manuel López Obrador, como la reducción del Impuesto al Valor Agregado, el incremento en participaciones federales, la reducción del Impuesto sobre la Renta, el aumento al salario mínimo, la Zona Libre, Económica, entre otros.
El Gobierno de México iniciará en Baja California cuando el Estado atraviesa por una severa crisis económica, que le ha dificultado a la administración de Francisco Vega la capacidad de pagos a los trabajadores de todos los ámbitos locales, y ha enredado a la política gubernamental en una maraña de corrupción y transas con dineros públicos mal invertidos o desviados.
Ahora sí que a ver cómo le va al Estado con el gabinete de Bonilla, porque el de Vega, ha hundido a Baja California en la crisis financiera más grave de la que se tenga cuenta en los últimos 30 años.