Las últimas lluvias que se registraron en la ciudad provocaron el colapso del colector Poniente el pasado 10 de diciembre, derivando en la fuga de 9.4 millones de galones de aguas negras que se derramaron por el Río Tijuana hacia Estados Unidos, informó el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt) Germán Lizola.
El funcionario detalló que el sábado 15 del presente mes quedó controlado el derrame de aguas negras en su totalidad, mientras que la obra de reparación del colector continuará por unos días más, descartando que el cierre de las playas de la región tenga relación con este incidente, porque “ese un protocolo, siempre que hay lluvias”.
Al día siguiente de detectarse el origen de la fuga, dijo Lizola, se le notificó al Comité Internacional de Límites y Aguas (CILA) en México quienes a su vez debían informar a CILA Estados Unidos sobre la situación que se estaba generando con el colapso del colector.
El colector fue construido en el año 1992 con tuberías de concreto de 42 pulgadas de diámetro, permitiendo el flujo de agua sin presión, Lizola explicó que con el aumento de la corriente generada por las lluvias, la presión en el drenaje aumentó y sumado a la antigüedad de la tubería vino el colapso.
Actualmente se encuentra en reparación cuatro de los seis kilómetros que corresponden a este colector, sin embargo la falla se dio en los dos kilómetros restantes, a la altura de la colonia Yamile, en específico en un negocio de autopartes ubicado en la calle Mariscal Sucre donde fue visible un derrame de aguas negras en la superficie.
Debido a este colapso la Cespt aplicó trabajos emergentes para la reparación de 120 metros lineales de tubería, para solucionar la contingencia y que sean suficientes hasta que se pueda ejercer la obra de reparación que se tiene programada para el 2019.