La Final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se suspendió este día y fue reprogramada para disputarse mañana domingo tras los acontecimientos de violencia que se dieron horas antes de iniciar el encuentro.
“El futbol no es esto, es un acuerdo de ambos clubes, es un pacto de caballeros. Uno no quiere jugar y el otro tampoco quiere ganar así. El partido pasa mañana a las 17:00 horas confirmado por CONMEBOL”, explicó Alejandro Domínguez, presidente del organismo que regula el balompié en un comunicado.
Y es que el autobús de Boca fue atacado por los hinchas del River con piedras y gases a su llegada al estadio Monumental de Argentina.
Según las imágenes de televisión de varias cadenas deportivas, el vehículo ingresó al escenario con varios vidrios laterales rotos y los jugadores, una vez descendieron, iban tosiendo y con los ojos llorosos por efecto de los gases.
Esto obligó a que el partido se postergara un par de ocasiones lo que iba a provocar un retraso de más de dos horas, una vez que CONMEBOL insistió en que se iba a jugar.
No fue hasta que el organismo que regula el balompié sudamericano que declinó disputar el duelo que daría a conocer al campeón.
El juego se disputará mañana domingo a partir del mediodía, esperando que no se repita la historia.