El día 27 de enero de 2019, la UABC tendrá un nuevo gobierno que deberá desempeñarse en condiciones sociales muy particulares. Los estudiantes y profesores de diversas universidades del país promueven cambios estructurales en las instituciones universitarias, y muy probablemente nuestra Universidad no estará ajena a ese proceso que es generado por la necesidad de que la enseñanza universitaria se dé en condiciones más democráticas y por ende, más participativas y críticas por parte de la comunidad universitaria.
El rector, por tanto deberá ser un académico con sensibilidad social, con conocimiento de la política interna de nuestra máxima casa de estudios. Para ello, deberá contar con una sólida formación jurídica o una asesoría de alto nivel, que facilite el cambio institucional dentro de la normatividad constitucional y de la Ley Orgánica vigente, a la cual deberán hacérsele modificaciones que reflejen las bases para el crecimiento académico, el desarrollo en la difusión de la cultura, la investigación y transmisión del conocimiento.
El rector debe ser un científico, principalmente del área social, un administrador caracterizado por la transparencia en su vida personal y la honradez en el manejo de dineros ajenos, públicos o privados; y al mismo tiempo, dotado de una sólida cultura que sirva de garantía en el sustento del pensamiento humanista que debe caracterizar a la Universidad pública mexicana.
Debe ser además, un conservador de los logros vigentes, pero también, dotado de una mente abierta y dispuesta al cambio que está sufriendo en estos momentos la sociedad mexicana, que va a requerir la presencia de un hombre capaz para la conciliación, ajeno a cualquier pose populista o autoritarista.
Serios serán los problemas que tendrá que enfrentar, como el de ampliar la cobertura, principalmente para dar acceso a los estudios universitarios a estudiantes de condición humilde, en condiciones de desigualdad académica, pero sin demeritar la calidad de excelencia que ha sido divisa de nuestra institución.
No faltarán intentos de desestabilización, y para ello el rector deberá ser un hombre que gobierne legitimado por la participación de profesores, alumnos, investigadores, empleados y todos aquellos que de alguna manera somos parte de la comunidad universitaria.
La UABC va a requerir acrecentar su unidad por encima de los intereses de grupos o de personas, al mismo tiempo que da cabida a todos los intereses legítimos de quienes la integran, y evitar así la posibilidad de verse inmersa en conflictos internos que la desgasten y la coloquen en situación de conflicto.
De los 21 candidatos y candidatas, podemos decir que todos llenan los requisitos para ser rector. De entre ellos debe ser electo quien cubra las necesidades y aspiraciones de la mayoría de los cimarrones y de la institución en particular.
Nota 1. En cuanto a ideología a la corriente tradicional academicista, se suma un grupo de profesores de izquierda, concordante con el pensamiento del nuevo presidente de la república, que tiende a la renovación democrática de la vida universitaria.
Nota 2. Dentro del proceso de transformación democratizadora de la UABC, debe considerarse la necesidad de modificar la legislación universitaria, empezando por el proceso de designación de rector donde deben ser tomados en cuenta representantes de toda la comunidad universitaria como profesores distinguidos por su labor académica, directores de las escuelas, institutos y facultades; y estudiantes con alto perfil académico. Todo esto con el propósito de que nuestra universidad esté más abierta a la modernidad y en su seno se escuchen todas las voces proclives al cambio, basados en corrientes de pensamiento fundamentalmente humanista.
Arnoldo Castilla es abogado y catedrático de la UABC.