Desde 1974, encabezado por el Ing. Aquiles Córdova Morán, el Movimiento Antorchista, en aquel entonces llamado más modesta, aunque muy orgullosamente: Antorcha Campesina, decidió combatir la pobreza y las diversas injusticias sufridas por el pueblo trabajador.
Antorcha se propuso mejorar las condiciones de vida en colonias y comunidades marginadas, organizándolas para luchar por servicios básicos como agua, drenaje, pavimento, electricidad, por desarrollo educativo y cultural, apoyos para la producción o el mejoramiento de sus viviendas.
En 44 años podemos sentirnos orgullosos de lo que en materia de infraestructura y dignificación de la vida de millones de mexicanos hemos logrado, desde Mérida hasta Tijuana.
Clínicas, hospitales, escuelas, teatros, carreteras, colonias, unidades deportivas, universidades y programas de diversos tipos han logrado que mejore la calidad de vida de las comunidades que en algún momento se han decidido a luchar en nuestras filas: eso nos alienta y nos corrobora que es correcta, noble y justa la lucha que hemos venido dando. Pero al observar al México actual completo, al enfocarnos en el todo y no sólo en los pueblos, colonias o municipios organizados en las filas antorchistas, salta a la vista un mar de abandono, de desesperanza y de pobreza que se extiende más y más. Existe una inequitativa distribución de la riqueza nacional creada por el pueblo, una injusta distribución que se hace cada día más profunda y extensa. La pobreza hoy es mayor, la pobreza está más extendida, la pobreza es hoy más fea, artera, criminal y violenta.
No conformes con sumir al pueblo en una insufrible pobreza material, se le ha impuesto una espantosa y cruel pobreza moral y cultural, una visión del mundo, de valorar los hechos y la vida, modelos de conducta, preferencias de todo tipo y proyectos de existencia que sólo sirven para perpetuar la inequidad vigente.
Al obrero se le pagan salarios miserables en la fábrica, lo mismo que al jornalero del campo, al campesino se le despoja en el mercado; pero también se nos impone imperceptible y hasta amigablemente qué cantar, qué bailar y cómo debe bailarse, cómo pensar, cómo juzgar, y se nos mantiene alejados de la ciencia, la cultura y el arte, de formas de recreaciones superiores, entreteniéndonos con novelas, futbol o pornografía.
Los avances tecnológicos no sirven para mejorar la vida y aliviar la fatiga de los productores, sino para oprimirlos más, despidiendo a la masa sobrante de los centros de trabajo, optimizando los procesos de trabajo para que generen más producción y riqueza. Así como para sumar a la televisión y a otras formas tradicionales de control ideológico, las novísimas redes sociales, las series, los memes, los videos y los teléfonos mal llamados inteligentes.
En resumen, el objetivo de lograr salud, educación, dignidad, vivienda y cultura, de construir una Patria justa sin hambre ni pobreza no se ha cumplido, por lo que resulta más urgente que nunca continuar nuestra lucha.
Para lograr ese gran sueño de una patria luminosa, sin discriminación ni abusos, nos propusimos levantar una gran fuerza popular organizada, lograr que millones de mexicanos sensibles a la problemática que sufre nuestro pueblo, conocedores de las causas de esas injusticias, claros de las medidas y de los medios que se deben aplicar para ponerle fin a la miseria, los malos salarios, el desempleo, la inseguridad y todos los males que asolan a los trabajadores y a sus familias, se levanten como un solo hombre y un solo ideal, con una decisión de lucha incuestionable y una convicción de triunfo irrevocable. Poner de pie consciente, organizada y decidida a la masa trabajadora suficiente para cambiar el orden social económico y político que genera desigualdad y muerte.
En la tarea de despertar conciencias, de alumbrar cerebros, de conquistar voluntades de lucha e inflamar corazones con la pasión de la justicia, los logros del antorchismo son incuestionables: de 32 integrantes en su fundación en 1974, hoy somos más de dos millones; de estar circunscritos a Tecomatlán, la pequeña comunidad donde nació Antorcha en la mixteca poblana, hoy estamos presentes en todas las entidades federativas.
Con lo significativa que es esta fuerza social, no es la necesaria para sepultar el modelo neoliberal que tantos males genera entre nosotros, y es urgente hacerla crecer. Que nadie se engañe, que nadie se deje confundir acerca de la verdadera naturaleza popular, progresista y revolucionaria del Movimiento Antorchista Nacional.
Te invitamos a que conozcas mejor nuestro proyecto y nuestras ideas, a leer el artículo del líder nacional antorchista que cada viernes se publica en ZETA, a visitar nuestro sitio web, www.antorchacampesina.org.mx, así como la fan page en Facebook de tu servidor, Ignacio Acosta Montes, coordinador estatal y de la región noroeste. Conoce a Antorcha y súmate a las filas de la organización que cambia a México.
Profe. Ignacio Acosta Montes, Coordinador Estatal y Regional del Movimiento Antorchista
Correo: Ignacio.acostam@gmail.com