Dos juicios paralelos se llevan a cabo en Estados Unidos contra Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias el Chapo. Uno, es el contra el capo sinaloense y sus actividades de narcotráfico, mientras que en el segundo están “procesando al Gobierno de México”, aseguró el reportero Alan Feur, quien es uno de los pocos periodistas con acceso a la Sala 8D de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
En un reportaje publicado en el diario The New York Times, titulado ‘El juicio público de El Chapo, parcialmente en secreto’, el reportero estadounidense afirmó que, por su cuenta, la policía y los políticos mexicanos no solo son corruptos, sino que también han conspirado durante años con el socio del capo sinaloense, Ismael Zambada García, alias el Mayo, para atacar al Chapo a cambio de “una avalancha de sobornos”.
“Se le ha encomendado al juez Brian M. Cogan que mantenga el primero de estos juicios en curso y el segundo bajo control. Dadas las sensibilidades involucradas y la enorme atención de los medios, él ha conducido gran parte de los procedimientos en secreto”, abundó Feur.
“Todo comenzó el miércoles pasado cuando el juez mantuvo una conversación lateral con la defensa y la Fiscalía para discutir si a los abogados de Guzmán se les debería permitir continuar con sus reclamos de que Zambada era el verdadero cerebro del Cártel”, indicó el reportero.
“La defensa informó al juez que el primer testigo principal del Gobierno [estadounidense], el hermano del Mayo, Jesús Zambada García [el Rey], daría testimonio, si se le pedía, de una revelación: que una vez su hermano le había ordenado que sobornara al presidente ‘todavía en funciones’ de México”, se lee en el reportaje publicado por el NYT.
“Aunque el intercambio ocurrió en privado, los reporteros obtuvieron una transcripción; y el viernes por la noche, corrió la voz de que un testigo en el juicio del Chapo estaba listo para acusar a un presidente mexicano de aceptar sobornos”, señaló el reportero.
“Comenzó un juego complicado en el que los estudiantes de política mexicana intentaron adivinar qué presidente era a partir de los comentarios crípticos hechos en la Corte. O tal vez la defensa había errado y en realidad era el presidente electo: Andrés Manuel López Obrador”, escribió Feur.
El reportero del NYT narró que cuando el tribunal volvió a reunirse el lunes pasado, el Rey dejó al descubierto el funcionamiento interno de la operación de Guzmán Loera y “los secretos” del Cártel de Sinaloa, pero nunca mencionó nada sobre sobornar a un presidente mexicano.
Luego, ese mismo día por la noche, solo unas horas antes de que el Rey pasara su último día en el tribunal, el Gobierno estadounidense presentó “un memo misterioso” bajo sello que, según su título, fue diseñado “para impedir el interrogatorio”, lo que “indignó” a la defensa del Chapo y dejó a los que estaban en la Corte “preguntándose si la historia de un presidente corrupto sería contada”.
“Tan pronto como la Corte volvió a la sesión del martes, el juez Cogan discutió el memorando secreto en una segunda conferencia lateral, que se llevó a cabo en secreto. El tema era aparentemente tan sensible que inmediatamente puso su transcripción bajo sello”, narró Feur.
“Fue solo después de que la barra lateral terminó que el juez Cogan dio una vaga explicación sobre lo que estaba sucediendo. Hablando desde el banco, dijo que estaba de acuerdo con los fiscales y que limitaría las preguntas que los abogados de Guzmán podrían hacerle a Zambada en el interrogatorio”, indicó el reportero del Times.
El juez Cogan señaló, también, que todo lo que se pueda aprender de una línea de investigación más amplia no supera “proteger a las personas y entidades” que no estaban directamente involucradas en el caso y “que se sentirían avergonzados” si se permitiera al Rey “testificar sin restricciones”.
El juez Cogan nunca identificó a esos “individuos y entidades”, y debido a que selló la transcripción, por lo que el Gobierno estadounidense y la defensa del Chapo no pudieron discutirlos. “Quiénes eran, y por qué se enfrentaban a la vergüenza, sigue siendo otro secreto”, señaló Feur.
PRESUNTOS SOBORNOS A LOS EX PRESIDENTES
El abogado estadounidense Jeffrey Lichtman, quien fue amonestado por el juez a cargo del juicio, Brian M. Cogan, después de que el defensor del Chapo, durante su alegato inicial, quien aseguró que Ismael Zambada García, el Mayo, presunto co líder del Cártel de Sinaloa, sobornó con pagos de millones de dólares a los últimos dos presidentes de México: Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Y aunque no dijo una cantidad especificas, de inmediato la Fiscalía de Nueva York presentó un recurso legal para excluir del juicio el alegato inicial, por estar construido de lo que llamó “argumentos indebidos, defensas afirmativas inadvertidas y habladurías inadmisibles”, que no deberían ser valorados por el propio Cogan, ni por el jurado, ni tampoco por los medios, ya que no se han acompañado de pruebas.
Cogan se abstuvo de desestimar las acusaciones, pero amonestó al litigante estadounidense por haberse apartado de pruebas directas o indiciarias, y dijo que dará instrucciones al jurado para que se concentre en las pruebas. “Su alegato inicial emitió un pagaré que su caso no va a cobrar”, dijo el juez y calificó el argumento de “engañoso”.
Tras las acusaciones, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa -quien gobernó el país del 2006 al 2012- negó haber recibido ninguna clase de soborno por parte del Chapo, del Mayo o del Cártel de Sinaloa. “Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán. Ni él, ni el cártel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona”, tuiteó.
Asimismo, Eduardo Sánchez Hernández, vocero de la Presidencia, también negó a través de un tuit que el Gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto hubiera recibido coimas del Chapo. Sin embargo, no mencionó al Mayo, ni al Cártel de Sinaloa en su desmentido.
“El gobierno de @EPN persiguió, capturó y extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera. Las afirmaciones atribuidas a su abogado son completamente falsas y difamatorias”, afirmó el vocero de la Presidencia en su cuenta de la red social Twitter.
Días después, el propio presidente Enrique Peña Nieto rompió el silencio acerca de la declaración que hizo Jeffrey Lichtman. El todavía mandatario nacional consideró que los señalamientos del litigante estadounidense son “absurdos” y “casi de risa”, si se considera que su Gobierno capturó en dos ocasiones al Chapo e incluso autorizó su extradición a Estados Unidos.
“Me parece lo más absurdo y casi de risa, porque cómo suponer que había sobornado a este Gobierno cuando fue aprehendido dos veces, además se logró su extradición y hoy está enfrentando a la justicia norteamericana por distintos cargos que se le imputan, además de los delitos que tiene pendientes de enfrentar a la justicia en nuestro país”, indicó el mandatario nacional.
Además, el presidente Peña Nieto desmintió que haya recibido los sobornos y aseguró que se trata de un mecanismo de defensa que tienen los abogados del Chapo, “quien ha sido señalado como uno de los criminales en su momento más buscados y que hoy enfrenta la justicia, cualquier señalamiento que haga sobre este Gobierno es absurdo”, recalcó.
AMLO PIDE ESPERAR PRUEBAS DE LOS SOBORNOS
Para el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, el Chapo no era el gran capo del que se hablaba, porque “no jugaba en las grandes ligas” y “solo era un operador”.
“No estoy de ninguna manera justificando a ‘El Chapo’. Lo que estoy señalando es que la corrupción en México produjo grandes multimillonarios. Gentes que ni siquiera perdieron su respetabilidad. Entonces es decir: ‘El Chapo’, pero también la corrupción sistémica que hemos padecido en México”, indicó López Obrador en entrevista con la periodista Carmen Aristegui Flores.
Sobre las acusaciones de que Peña Nieto y Calderón Hinojosa recibieron millones de dólares en sobornos por parte del capo sinaloense, el político tabasqueño dijo: “esperemos las pruebas, y ya, con mucha objetividad, opinamos”. Además, indicó que la justicia en Estados Unidos trabaja de una manera “sui generis”, al buscar que los acusados hablen a cambio de reducción de penas.