Un vaquero está muy triste
llorando su soledad,
la dueña de sus quincenas
se ha marchado al más allá.
Hizo un viaje sin maletas
a donde ya no hay regreso.
La calaca la asfixió,
apretándole el pescuezo.
Cuando la estaban velando
se escuchaba el lloradero,
sobre el ataúd estaba
su rebozo y un sombrero.
La hacienda se ve muy triste
Reyna Soledad se ha ido.
La parca se la llevó
para el valle del olvido.
Su cuerpo descansa ya
dentro de una tumba fría.
Recordaremos por siempre
su talento y su alegría.
Descansa en paz, Reyna Soledad
Calaverita de Martha Díaz.