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jueves, octubre 3, 2024
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Robo de vehículos, delito impune en NSJP

Seis bandas controlan el 90 por ciento del robo de automóviles en Mexicali, dos de ellas consideradas objetivos prioritarios debido al modo de operación que sobresale. Se trata de un grupo a cargo del apodado “El Vaca” y los hermanos González Ibarra, quienes ofrecen autos a “chatarreras” y a clientes al interior de la República. Por otra parte, aunque existe una reducción sustancial en la incidencia, la PGJE no sólo se enfrenta a delincuentes, sino a un sistema judicial capaz de dejar libre a un sujeto que cuenta con procesos abiertos y cinco órdenes de aprehensión por el mismo ilícito

Durante la jornada del jueves 4 de octubre, la fiscalía presentó ante el juez a Brian González Ibarra, conocido como “El Pichón”, uno de los objetivos principales para el grupo Fuerza de Tarea, que integran las corporaciones policíacas; presumieron su captura, pero tres juezas de control terminaron con su alegría.

Luego de leer la acusación en su contra y a sabiendas que el acusado tenía un historial negativo, además de señalar que no contaba con un domicilio fijo en la ciudad, se solicitó la medida cautelar de prisión preventiva, pero la encargada de impartir justicia lo negó, ya que la madre del acusado -quien no fue ofrecida como prueba por la defensa, sino que estaba sentada como público-, dijo vivir con él.

El coordinador de Robo de Vehículos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Édgar Salazar, comentó que el Ministerio Público solicitó que recapacitara, ya que el individuo cuenta con cuatro carpetas de investigación más, relacionadas con el robo de vehículo. Pese al reclamo, la jueza Ruth Esperanza Álvarez consideró insuficiente el alegato de la fiscalía y permitió al detenido llevar su proceso en libertad, con la única condición de firmar cada semana y pagar 5 mil pesos de multa.

En cuestión de horas, esas cuatro investigaciones se convirtieron en órdenes de aprehensión, lo que provocó una verdadera puerta giratoria, pues en la medida que los jueces procesaban y le otorgaban la firma semanal, policías ministeriales lo volvían a detener a las afueras del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mexicali.

Los jueces Ruth Esperanza Álvarez e Hilda Leticia Morales Mercado, permitieron la liberación del acusado. Esta última incluso decretó no vinculación a proceso en uno de los casos, argumentando -según el documento de la PGJE- que dudó del testimonio del testigo, toda vez que sólo llevaba la copia del título de propiedad del automóvil.

El último caso fue llevado por la juzgadora Dora Leticia Contreras Salazar, quien determinó auto de vinculación a proceso por el delito de robo de vehículo, pero tampoco accede a la prisión preventiva -pese a que había cuatro procesos previos el mismo día, aunque dos se suspendieron vía amparo-, causando la molestia de los fiscales, sobre todo porque se acreditó la probable responsabilidad del acusado en dos amenazas telefónicas en agravio de la víctima y de un agente de la Policía Ministerial que lo investigaba; la única restricción fue que no se acercara a ellos.

Junto con su hermano Jonathan, Brian presuntamente encabeza una estructura criminal de varios miembros dedicada al redituable negocio del robo de vehículos -aunque han incursionado en otros ilícitos-, a la que según Salazar, se le adjudicarían entre cuatro y diez unidades por semana, quien agregó que han promovido quejas ante el Poder Judicial por el actuar de una de las juezas, además de impugnar varias de las decisiones con las que no están de acuerdo.

 

El coordinador de robo de vehículos de la PGJE, Edgar Salazar

“EL VACA” ABASTECE A “CHATARREROS”

Roberto Félix Sánchez y/o Alejandro Félix Sandez alias “El Vaca” y los hermanos Brian y Jonathan González Ibarra, son los presuntos líderes de dos agrupaciones delictivas dedicadas al robo de vehículo, cuyas operaciones sobresalen de las demás por la constancia y definición de sus procesos.

Información proporcionada por fuentes de Inteligencia indican que el primero de ellos es un residente de la colonia Mayos, cuyas operaciones eran identificadas en la zona poniente de la ciudad; se presume podría estar relacionado con los “cementerios” de autos encontrados en la colonia Centinela y otras comunidades aledañas.

“El Vaca”, como es conocido en el mundo del hampa, dirige una célula de siete presuntos ladrones, algunos de ellos ya capturados y liberados, o bien, con órdenes de aprehensión pendientes. Su objetivo es hurtar automóviles de diversos tipos para abastecer a “chatarreros” que desmantelan las unidades para vender las piezas a diversos talleres del Valle y San Luis Río Colorado, Sonora; el resto del metal es vendido por kilogramo.

Anteriormente, “El Vaca” participaba activamente en los robos, pero desde hace tiempo se encargó de operar el negocio contactando clientes y pagando a los ladrones, a los que engancha ofreciéndoles dosis de enervantes.

La información recabada a través de individuos detenidos establece que “El Vaca” primero los acerca ofreciéndoles droga y posteriormente los “contrata” para hurtar automóviles y trasladarlos a “chatarreras” ubicadas en el Kilómetro 43 y San Luis, a cambio de una cantidad en efectivo.

Los subordinados identificados por las autoridades son Noé Isaías Gutiérrez Gómez “El Vicio”, José Michael González González -con orden de aprehensión activa-, los hermanos José y Juan Corona Fonseca “El Cuate” y “El Smoke”; también responden a su mando los de nombres Brayan Álvarez Ayala “El Pingo”, Luis Antonio Contreras Venegas -ambos buscados por la justicia- y una mujer identificada como “La Chula”.

Su zona de operación es el poniente de la ciudad y se dice que cuando ellos están detrás del robo, es prácticamente imposible que se recupere la unidad, ya que se despedaza por completo en por lo menos tres “chatarreras” dirigidas por los presuntos compradores Andrés Alonso López Orozco “El Wila” o “El Quieta”; César Armando López González “El Pepas”; y un sujeto conocido como “El Zorrillín”.

Cuando una unidad llega a sus manos, los compradores realizan un depósito de aproximadamente 4 mil pesos a través de las cuentas de Oxxo a “El Vaca”, quien paga mil pesos al ladrón y el resto queda de ganancia.

 

LOS HERMANOS TRABAJAN SOBRE PEDIDO

A diferencia de “El Vaca”, los hermanos González Ibarra presuntamente trabajan de otra manera, pues dividen en dos sus operaciones. La primera es trabajar sobre pedido para compradores de Sonora y la segunda para abastecer a compradores que buscan piezas.

Foto: Cortesía.- La agrupación de “El Vaca”, dedicada a robar vehículos para su desmantelamiento, estructura delictiva “Colonia Cachanilla”

Unidades grandes como pick-ups, camionetas tipo Cherokee y otras de esa línea, son muy solicitadas al interior de la República, por lo que representan un gran mercado para los delincuentes, que tras hurtarlos, los trasladan a casas de seguridad donde esperan algún tiempo y posteriormente se dirigen al Valle de Mexicali o Sonora, donde se cambian las series y se entregan a los clientes.

Derivado de las detenciones efectuadas por policías municipales y estatales, se ha logrado obtener información importante de la operación de esta banda y de sus mecanismos para evadir la acción de la justicia. Primero realizan recorridos en estacionamientos o sitios de concurrencia para determinar si existe algún automóvil de interés.

Luego, uno de los cómplices abre el vehículo y lo enciende, para después trasladarse a dos calles del lugar, donde lo entrega a otra persona que continúa con el encargo hasta la casa de seguridad. Dependiendo de la zona, puede cambiar de chofer una vez más.

Horas después son llevados a los talleres donde se realizan las modificaciones correspondientes, para así no ser detectados y finalmente cruzan a Sonora a través de brechas y caminos de complicado acceso, no por la carretera.

El cambio de chofer complica la intervención de las autoridades, ya que la penalidad del robo de vehículo como tal lleva una penalidad menor a la de la posesión, por lo que al capturarlos en flagrancia, resulta complicado mantenerlos presos.

A sus cómplices se les paga una cantidad estimada en mil 500 pesos, pero los líderes se llevan una suma superior, sobre todo porque obtienen un porcentaje de cada unidad robada y entregada a los clientes.

Además de los hermanos, los integrantes identificados de la banda son Jesús Martín Sánchez González -sobrino de Brian y Jonathan-, Waleed Rodrigo Soto  Gil, Álvaro Alberto Medina Gil -con orden de aprehensión- y José Alberto Pimentel Rodríguez, quien con frecuencia funge como chofer.

Se presume que hay más integrantes, pero su estructura no es tan definida, ya que integran a nuevas personas para perpetrar el delito.

 

JUECES DEBEN TENER MÁS CONCIENCIA: CCSP

Aunque hay avances por parte de los jueces en torno a las medidas cautelares cuando se trata de personas peligrosas, falta mucho por hacer, comentó el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública (CCSP), Juan Manuel Hernández Niebla.

En entrevista telefónica, el empresario señaló que en Tijuana se ha logrado trabajar con los jueces de control para que tomen criterios en favor de la ciudadanía, pues aunque se tiene un sistema garantista, existen criterios para mantener a los acusados en prisión cuando sea necesario.

Los hermanos González Ibarra y presunta celula criminal, estructura delictiva banda del “Jonathan”

Agregó que el cambio en los jueces de control ha sido clave para reducir la incidencia delictiva en el municipio, salvo por el tema de los homicidios.

Hernández Niebla aseveró que a raíz de este incidente donde se permitió la liberación de un individuo acusado de varios delitos, reforzarán los trabajos con jueces en Mexicali, con el objetivo de que este tipo de actos no se repitan.

Al respecto, el coordinador de Robos de la PGJE reclamó que esa misma semana se intentó procesar a Jonathan, al incumplir un acuerdo reparatorio de 3 mil dólares que debía  pagar, y cuando fue trasladado, se liberó al saldar la suma de forma inmediata.

Salazar aseveró que se debe tener cuidado en estos temas, pues no sólo tiene que haber reparación del daño a la víctima, sino prevalecer el bienestar de la sociedad.

Tanto el director de la Policía Municipal, Alonso Ulises Méndez, como Édgar Salazar, coincidieron que pese a este escenario complicado lograron descender las cifras de robo de vehículos a niveles históricos -en el último mes llegó a poco menos de 250 vehículos-, cuando en otra época alcanzaron los 500 autos. Además, el 70 por ciento de las unidades son recuperadas, aunque varias de ellas con desmantelamiento.

Méndez Manuell-Gómez afirmó que este año desarticularon varias bandas, al grado de comenzar 2018 con treinta objetivos prioritarios, mientras que actualmente los esfuerzos se focalizan sólo en ocho.

Para concluir, Salazar aseveró que el robo organizado de automóviles abarca aproximadamente el 90% ante la PGJE, el resto son incidentes domésticos como divorcios, deudas de autos, cobro de seguros, entre otros.

Actualmente se están judicializando más casos “sin detenido”, que “con detenido”, lo cual indica que las investigaciones han ayudado a dar con los responsables, no sólo por detenciones flagrantes.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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